La foto de don Juan Carlos con sus dos hijas y cinco de sus nietos en Abu Dabi pilló por sorpresa a los reyes, que un día después, Sábado Santo, acudieron a un centro de refugiados ucraniano. La repercusión de este acto, especialmente marcado en la agenda real por el regreso de la princesa Leonor de Gales, quedó considerablemente empañada.

Lea también: Juan Carlos I muestra su fuerza familiar y exhibe el apoyo de sus hijas y cinco nietos en Abu Dabi

"Aquello fue un mazazo para la Casa Real, un jarro de agua fría. De repente, el acto programado para el sábado ya no interesaba a nadie. ¡Nadie hablaba de la reaparición de la heredera del trono y solo faltaban 24 horas!", escribe Pilar Eyre en su blog de Lecturas.

Felipe VI y la reina Letizia mimaron con atención la preparación de este acto debido a que era el primero de Leonor, que estudia en Gales, en cinco meses: "¡Todo el trabajo cuidadosamente preparado se había ido al garete! Pero era imposible dar marcha atrás".

Desde Casa Real, según la periodista especializada, se hicieron cambios en el protocolo para evitar posibles preguntas incómodas: "Aunque se retocó el protocolo de la visita, dejando el coche oficial muy cerca de la puerta para que los Reyes no interactuaran con nadie espontáneamente".

Lea también - El no parar de la infanta Elena y Victoria Federica: de Abu Dabi a Sevilla tras visitar al rey Juan Carlos

No obstante, no lo pudieron impedir del todo: "Felipe no pudo evitar que un reportero lo llamara a gritos: '¡Majestad, Majestad!'. Y cuando instintivamente se giró, el fotógrafo le pudo preguntar: '¿Qué opina de la foto de su padre? ¿Qué le parece la polémica de las piernas de Pablo? ¿Es Photoshop?'".

Para Eyre, la expresión de la consorte asturiana lo dijo todo: "¡La expresión de Letizia no era un poema, era una biblioteca entera!".

comentarios1WhatsAppTwitterLinkedin