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Pedro Sánchez, al servicio de Su Majestad: la sorprendente imagen del flaco Mohamed VI

La muy polémica visita de Pedro Sánchez al rey de Marruecos escenifica la humillación del presidente del Gobierno de España ante Mohamed VI. El jefe del Ejecutivo, con algunos ministros de su propio gabinete en contra y frente al mismísimo Parlamento que representa la soberanía nacional, acordó este jueves confeccionar un nuevo modelo de relaciones bilaterales con Rabat a partir de una reconciliación con los vecinos que llega cargada de misterios, después de diez meses de una marcada crisis diplomática.

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Sánchez bajó la cabeza durante media hora ante el monarca alauita y le compró en español y francés la nueva posición del Gobierno sobre el Sáhara. Este personaje, uno de los reyes más ricos del planeta, ha conseguido, no se sabe muy bien cómo, que el primer ministro español se rebele contra sus posturas anteriores y considere la iniciativa marroquí de autonomía del antiguo territorio español "como la base más seria, realista y creíble" para resolver el conflicto, según la casa real marroquí.

Mohamed VI no dijo ni palabra sobre la cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal, Ceuta y Melilla o el déficit de derechos y libertades del régimen que mantiene a los 35 millones de marroquís bajo el yugo de un sátrapa disfrazado de demócrata, podrido de dinero y sostenido por EEUU, Israel, las teocracias arábigas y la Unión Europea, incluida España. Tampoco hubo referencia alguna a Argelia, que el pasado día 19 llamó a consultas a su embajador en Madrid y va a subirnos los precios del gas, según ha reconocido la vicepresidenta Ribera.

Pero de la imagen de un presidente español como invitado de honor de Mohamed VI en el iftar, la cena con la que los musulmanes rompen el ayuno durante el mes sagrado del ramadán, queda la extrema delgadez que observamos en el monarca, al que habíamos visto obeso en anteriores ocasiones.

El nuevo aspecto del rey Mohamed VI, de 58 años, llega tras unas lujosísimas vacaciones en un resort de Gabón, con sus amigos luchadores, y varios episodios de salud que trascendieron, incluyendo dos operaciones sencillas de corazón. Una de ellas fue realizada hace dos años en la clínica del Palacio Real, en Rabat, y otra en febrero de 2018, cuando fue tratado de otra arritmia en París. La información oficial se acompañó con una imagen del rey en el centro médico rodeado por casi toda su familia, excepto su entonces esposa, la princesa Lalla Salma.

La salud del monarca es tabú en Marruecos, donde varios periodistas han sido condenados a penas de cárcel por hablar de ello y por supuesto se han cerrado periódicos incómodos para palacio.

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Pero a pesar del secretismo y la falta de transparencia, se han filtrado numerosos episodios relacionados con la delicada salud del monarca. Mohamed VI ha cancelado, pretextando razones de salud y casi a última hora, discursos ante la Asamblea General de la ONU, su asistencia a funerales tan importantes para él como el del expresidente francés Jacques Chirac o viajes a China, de colosal relevancia en su momento.

Gripes, arritmias, fiebres y varios tipos de afecciones rodean el historial médico del jefe del Estado que ha enfrentado a los poderes legislativo y ejecutivo de nuestro país. Pero la espantada más sonada de Mohamed VI para los españoles fue en enero de 2018, cuando dejó tirados a Felipe VI y doña Letizia, a una semana de su visita de Estado a Rabat. Junto a nuestros Reyes, se quedaron con un palmo de narices y con los billetes de avión comprados decenas de presidentes de grandes cotizadas españolas. Mohamed VI no dio la más mínima explicación del abrupto aplazamiento y tuvo que pasar un año para que tuviera lugar la visita de Estado. Además, el monarca alauita redujo a 24 horas la visita en lugar de los tres días previsto. Puede que su enfermedad sea la mala educación.

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Exteriores ve "anecdótica" la humillación de la bandera de España en la cena de ruptura de ayuno, que fue puesta boca abajo, al revés, y eso no es un error es algo muy calculado, es un desprecio hacia España, algo intolerable, que debió de hacer que el Presidente del Gobierno, Ministro y demás representantes de la delegación española, se levantasen de inmediato de la mesa y abandonasen el lugar y el país. Pero que se puede esperar de los miembros de un partido, el PSOE, que ante el paso de la bandera de un país amigo en un desfile militar permanece sentado, o del actual presidente Sanchez que desprecia los símbolos del Estado incluyendo al Rey.

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