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Ana Soria admira Garzón pero Ponce, no tanto: ¿es la política un motivo de tensión?

Dicen que el amor está por encima de todo, y que no entiende de edades ni de política. Pero nos cuentan que algunas de las discusiones de Enrique Ponce y Ana Soria no tienen que ver con el cariño o la pasión del ex marido de Paloma Cuevas y la joven abogada sino con las distintas formas de entender la situación que atraviesa este país.

"Hay tensión y malestar" se ha dicho en el entorno del valenciano y la almeriense, cosa que han desmentido ambos. ¿De dónde salió el rumor? Se ha apuntado a diferentes causas. Pero nos explica uno de los topos de la familia de ella que nada tiene que ver con sus publicitados y supuestos desencuentros que el de Chiva le doble la edad a su novia ni tampoco que Ponce trajine con su maleta de viaje a Madrid o Jaén hasta tres veces en la misma semana para acompañar a sus dos hijas en actos, compromisos escolares o simplemente para pasar un rato con ellas.

"Ana Soria no se enfada jamás porque Enrique desaparezca por sus hijas, es más, le anima siempre a cumplir y ejercer como padre", nos dice una persona próxima a la familia de la futura abogada. Sin embargo, sí parece que desde el entorno de los Soria admiten cierto "distanciamiento", como apuntaba la revista Semana hace días. Por mucho que Enrique Ponce (50) les dijera a los del programa Corazón de TVE que están bien. Ana Soria declaró en Telecinco que "todo mentira una vez más" y se quejó de que le cansa "tener que aguantar siempre todas esas mentiras", decía Ana Soria. "Estamos bien, estamos juntos, estamos viviendo nuestra vida. Queremos tranquilidad, nada más, no queremos estar en el foco mediático, por eso no hablamos", explicaba la joven.

Pero si bien no hay crisis entre ellos, sí coinciden diversas fuentes en que efectivamente pasan más tiempo separados. Ahora bien, eso no significa que no estén locos de amor. Son los compromisos de cada uno los que les obligan a distanciarse. Y puede que alguna discusión hayan tenido: "¿Quién no las tiene?", justifica nuestro informante. ¿Y si es por discrepancias políticas?

No olvidemos que Ana Soria está estudiando muy duro porque quiere recuperar el tiempo y las asignaturas perdidas y sacar adelante su carrera lo antes posible, y cuando prepara sus exámenes de Derecho se encierra muchas horas. Aparte, Ana, aunque no le pille estudiando, no acompaña a su novio cuando visita a las niñas porque parece que de momento ellas no desean tener ese contacto. Pero es que Enrique además de sus obligaciones como padre y empresario se entrena mucho para su despedida de los toros.

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Ese distanciamiento que sí han tenido en ocasiones, aparte del físico cuando existe, tiene que ver con la política. A Ponce no le tira demasiado la izquierda  mientras que Ana Soria admira mucho a Baltasar Garzón, amigo de su familia y padrino de su hermano, cuyas posiciones no son precisamente conservadoras. Incluso se llegó a decir, aunque lo desmentimos en su día, que Soria iba a hacer prácticas en el despacho de Garzón. Pero ahí no acaba el asunto. Al parecer, la almeriense también tiene simpatía por Dolores Delgado, actual novia de Garzón. Y Enrique Ponce por lo visto no es que beba los vientos por la ex ministra de Justicia de Pedro Sánchez.

No llegará la sangre al río; primero, porque, como decíamos al principio, el amor se impone; pero también porque al cincuentón y su veinteañera les une sus indiscutibles pasiones en común: la que viven como enamorados, y la taurina, la que les unió: no olvidemos que Ana Soria llegó a Ponce a través de Instagram y de su locura por la Fiesta nacional.

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¿Boda a la vista?

Ana Soria ha sido elevada a la categoría de novia formal, una vez confirmado que acompañará a Ponce en la boda de El Litri. Paloma Cuevas ya no es la mujer del diestro y por tanto el valenciano y su locura rubia podrían estar pensando en dar un paso más: formalizar su unión, aunque sea un enlace civil. Porque, por muy católico creyente que sea Ponce, no vemos probable que le dé la nulidad eclesiástica la madre de sus hijos, la que ante Dios sigue siendo su mujer, con la que estuvo casado legalmente durante un cuarto de siglo. Vamos, no creemos ni que él la pida.

No sabemos si Ana Soria cogerá en esa boda el ramo de la mujer que sustituye en el corazón de Miguel Báez 'El Litri' (53) a Carolina Herrera, la aristócrata sevillana Casilda Ybarra de Fontcuberta, pero el casamiento, que tendrá lugar a finales de mayo, en Sevilla, será la puesta de largo en sociedad de Ana Soria. Y de Sevilla al cielo.

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