El duque y la duquesa de Cambridge se encuentran en la última etapa de su gira de ocho días por el Caribe con motivo del Jubileo de Platino de la reina Isabel, pero sus visitas han estado marcadas por protestas que condenan el colonialismo debido a su presencia.
Primero fue en Belice. Kate y Guillermo tenían organizada una visita a una granja de cacao sostenible en Indian Creek, pero lo residentes de la localidad se opusieron a recibirles, lo que provocó un cambio de última hora en el horario de los duques de Cambridge.
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El viaje del hermano del príncipe Harry y su mujer a Jamaica, su segundo destino, también se vio empañado por una manifestación que exige a la monarquía que "repare el daño" por su papel en la esclavitud en la isla. Además, durante la cena de Estado organizada por Patrick Allen, el Gobernador General de de Jamaica, el primer ministro jamaicano, Andrew Holness, usó su reunión con Kate y Guillermo para dejar en claro que él trabajará para que Jamaica sea una república a través de un referéndum este mismo año.
La visita de la pareja a Jamaica también quedará definido por algunas polémicas imágenes. En una se ve a los duques de Cambridge saludando a unos niños a través de una reja metálica.

En otra imagen, se les ve desfilando subidos en una camioneta Land Rover. Según Jonny Dymond, corresponsal de la Casa Real de la BBC, lo que podría haber sido visto como un homenaje a la reina Isabel II y al duque de Edimburgo, quienes hicieron lo mismo en los años 60, acabó interpretándose como un "torpe recordatorio de una época en la que a la familia real se la trataba con mayor deferencia".

Rosalea Hamilton, defensora de los derechos civiles y directora fundadora del Instituto de Derecho y Economía de Jamaica, declaró al diario Mirror: "Estas desafortunadas imágenes son una reliquia del pasado y podrían haberse tomado en el siglo XIX. Significan que esta joven generación continúa con las tradiciones monárquicas de considerar a una raza superior y a otra inferior".
Pero los errores y protestas no pararon ahí. Un comité en las Bahamas, que es el último destino de la gira de la pareja para conmemorar los 70 años de la reina en el trono, dijo que los bahameños están "pagando la cuenta" del "viaje extravagante" de Guillermo y Kate. "Su familia real y su gobierno deben reconocer que su diversa economía se construyó sobre las espaldas de nuestros antepasados. Nosotros, los hijos de esas víctimas, debemos recordar a nuestros antepasados. Les debemos a ellos exigir un ajuste de cuentas, responsabilidad, curación y justicia", aseguraron en un comunicado.
Ya en Jamaica, el príncipe Guillermo había aprovechado su discurso en la cena de King's House para abordar el papel histórico de Gran Bretaña en el comercio de esclavos: "Estoy totalmente de acuerdo con mi padre, el príncipe de Gales, quien dijo en Barbados el año pasado que la terrible atrocidad de la esclavitud mancha para siempre nuestra historia. Quiero expresar mi profundo dolor. La esclavitud era abominable. Y nunca debería haber sucedido".
La familia real británica ha lidiado con preguntas sobre la raza desde el año pasado, cuando la mujer del príncipe Harry, Meghan Marhkle, le dijo a Oprah Winfrey que un miembro de la familia había expresado su preocupación por el color de la piel de su bebé.

Si bien Harry y Meghan no hacían parte de la gira caribeña de Guillermo y Kate, los historiadores reales dijeron que las repetidas referencias a "problemas raciales servían como una ilustración de lo que se perdió cuando Harry y su esposa renunciaron a sus deberes reales y se mudaron a California".

"Si esta gira hubiera sido dirigida por Harry y Meghan, probablemente hubiera ido mucho mejor que con Guillermo y Kate", aseguró Ed Owens, un historiador que ha escrito sobre la relación entre los medios y la monarquía. "Harry y Meghan fueron la bala de plata de la monarquía, haciéndola más apetecible".
Los duques de Cambridge dicen adiós a su gira por el Caribe este sábado 26 de marzo. Pero antes de despedirse y regresar a Reino Unido, la pareja asistió en la noche de este viernes a una cena de gala en el Grand Hyatt Baha Mar Hotel, en Nasáu. Una vez más, Kate Middleton se convirtió en el centro de atención en esta gala con un espectacular vestido azul hielo al más puro estilo de La Cenicienta.
Con todo lo sucedido, la prensa británica ha calificado la gira caribeña de Guillermo y Kate como "desastrosa" en casi todas sus portadas.
