Poco importa que haya ensayos previos para que la gala de los Oscar salga perfecta. En ocasiones hay sobresaltos, deserciones de ganadores, caídas y demás imprevistos. Entre las más célebres, el rostro impávido de David Niven en 1974 mientras intentaba dar el paso a Liz Taylor. Un hombre salió en el escenario totalmente desnudo. Fue peor cuando, en 2017, Warren Beatty y Faye Dunaway nombraron por equivocación a la ganadora a la Mejor Película a "La La Land". Subió todo el equipo al escenario pero tuvieron que bajar unos minutos después, ya que la que logró el trofeo fue "Moonlight".
En las ceremonias de los Oscar, que pueden ser soporíferas para algunos, entre los discursos larguísimos de los premiados y las gracietas eternas de los maestros de ceremonias, hay ediciones que le dan más salsilla a la gala por errores y diversas salidas de tono.
La más célebre sucedió en 2017. Los intérpretes de "Bonnie and Clyde" (1967), Warren Beatty y Faye Dunaway -a propósito del 50 aniversario del estreno de la cinta dirigida por Arthur Penn-, tuvieron el honor de anunciar el Oscar a la Mejor Película... y se montó un cisco. A Beatty se le dio el sobre equivocado con el nombre a la Mejor Actriz. La expresión de sorpresa del actor le llevó a entregárselo a Dunaway, que pronunció el título "La La Land". Cuando el equipo estaba pronunciando su discurso, los miembros de la organización subieron pálidos y dijeron que era un error: la triunfadora era "Moonlight", cuyos responsables subieron rápidamente al escenario. (fotografía de abajo).

No fue el único traspiés de esa edición, ya que en el homenaje a los fallecidos dieron por muerta a la diseñadora de vestuario Janet Patterson que estaba tranquilamente en su casa, y no precisamente en un ataúd.
En 1974, el distinguido y elegante David Niven tuvo otro disgusto. Como presentador, tenía que dar paso a Liz Taylor. Mientras pronunciaba sus palabras, salió Robert Opel al escenario totalmente desnudo, lo que provocó las carcajadas de los asistentes que Niven no entendía. Visiblemente irritado por lo sucedido, su contestación fue lapidaria: "¿No les parece fascinante que probablemente la única forma de hacer reír que tenga este hombre sea enseñarnos sus menudencias?".

Para despiste el de Meryl Streep, aunque no lo registraron las cámaras. Después de ganar su primer Oscar por "Kramer contra Kramer" (1979) y hacerse las fotos pertinentes, la actriz perdió a los pocos minutos su estatuilla. ¿Qué ocurrió? Fue al cuarto de baño y se lo dejó allí hasta que una invitada dijo: "Oye, alguién dejó el Oscar aquí". Era Meryl.

Jack Palance también la lió en 1991. El intérprete de "Raíces profundas" (1953) ganó el Oscar por "Cowboys de ciudad" (1991) y no tuvo mejor idea para agradecerlo que ponerse a hacer múltiples flexiones sobre el escenario con el propósito de demostrar su buen estado de forma. No fue el único momento desconcertante de Palance. Dos años después, era el encargado de anunciar a la ganadora del Oscar a la Mejor Protagonista Secundaria. Es posible que sea una leyenda urbana, pero nombró a Marisa Tomei por "Mi primo Winny". Muchos especularon que lo hizo adrede, que leería el nombre que quisiese dentro de las nominadas (Tomei no era la favorita ni de lejos). Dijeron que Palance estaba borracho, que no veía bien e incluso que había hecho una apuesta con sus amigos. La Academia nunca se pronunció.
Entre los artistas rebeldes que rechazaron el Oscar se encuentra Marlon Brando. En 1973, se reconoció su trabajo en "El Padrino" (1972) y no fue a la ceremonia.

En su lugar acudió una nativa americana, Sacheen Littlefeather, cuyo discurso fue una bofetada para los profesionales de la industria sobre la discriminación en Hollywood.

Dos años antes, ocurrió algo parecido con George C. Scott, que fue distinguido con el Oscar al Mejor Actor por su papel en "Patton". Lo recibieron en su nombre el productor, Frank McCarthy, y el director del filme, Franklin J Schaffner. La negativa de Scott fue porque "no estaba compitiendo con ningún otro actor. Al día siguiente exigió que el galardón fuera devuelto a la Academia.