Ella no la utiliza, pero ve con buenos ojos su existencia. Tamara Falcó está muy enamorada de su novio Iñigo Onieva, ni se inmuta cuando le dicen que le gustan demasiado las diversiones nocturnas y los tonteos con chicas de buen ver. A la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó le hizo mucha gracia y le llenó de entusiasmo conocer la aparición de Salt, una app de citas para solteros cristianos que, según parece, ya cuenta con diez mil miembros.

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Para pertenecer a ella debes demostrar una fe inquebrantable, contestando preguntas de ámbito religioso. Es como el trivial pursuit de la fe. Rezos incluidos. Los usuarios tienen que responder cuestiones relacionadas con la fe y la relación con Dios.

Una mujer de 40 años, Ana María L. G., apuntada a la App, nos dice que "lo más importante es que a todos nos unen unas creencias sólidas. Aquí no buscamos ligues fáciles, ni contactos sexuales gratuitos. La amistad inicial no conlleva otras cosas, el tiempo es quien decide los pasos a seguir. En este sentido, mujeres como Tamara e incluso la fallecida Pitita Ridruejo enseñan el camino. Ni somos unos meapilas, ni tampoco unos beatos, pero la religión es un nexo de unión absoluto".

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Nuestra interlocutora es separada y no tiene novio. "Aquí estoy conociendo gente muy interesante. He formado un grupo de amigos y tenemos en mente peregrinar hasta Fátima antes del verano. Yo estuve el año pasado en Medjugore y coincidí con la misma Tamara en una tienda de la calle principal", dice.

Medjugore es un santuario mariano situado en Bosnia y que recibe miles de peregrinos anualmente desde que en junio de 1981 un grupo de seis jóvenes aseguraron que se les había aparecido la Virgen en un monte cercano.

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