Quizá le pide un imposible, pero Marta Riesco intenta convencer a Antonio David Flores para que solicite el divorcio de su matrimonio de Olga Moreno. Dicen que el ex guardia civil le prometió hace tiempo que lo haría y que no ha cumplido su palabra.

Por eso, la reportera no entiende la nueva decisión de Antonio David de no firmar los papeles. No se lo esperaba. En cierto modo se siente engañada, y estas cosas pasan factura.

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La verdad es que nadie comprende que Flores, habiendo dado el paso adelante de reconocer públicamente su relación con Marta, e incluso yéndose a vivir con ella, se niegue a divorciarse. Parece una incongruencia.

La periodista se las prometía felices, estaba convencida de que su novio no le mentía en este asunto tan delicado, es más, su ilusión era casarse con él a finales de este año. Sueño baldío.

Antonio Da, como siempre, controla los tiempos de su vida, hace lo que le da la gana, y no le importa no contar toda la verdad para lograr sus propósitos.

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Mientras tanto, Olga no se quita el anillo de casada, hasta hace unos meses todavía confiaba en recuperar a su marido. Ilusiones que no se cumplieron.

Ya empiezan a inventarle idilios. No tienen ni idea. Porque el chico junto al que le fotografiaron hace una semana es un amigo de toda la vida que, además, también mantiene una cierta amistad con Antonio David.

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