La vertiente católica de Tamara Falcó se ha reforzado con los años y se ha convertido en una gran devota. A través de sus redes sociales, la marquesa de Griñón comparte mensajes religiosos e incluso ha confesado que se llegó a plantear ser monja.
Como acto de fe, la hija de Isabel Preysler ha participado en la 'macrofiesta del rosario', un rezo virtual guiado por el padre Josep María Quintana para pedir por la paz en el mundo y, especialmente, entre Rusia y Ucrania.
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"La semana pasada rezamos por la conversión de los líderes políticos, y en este caso por Putin. La fe lo mueve todo, con fe vamos a rezar por toda la situación en Ucrania", comentaba Tamara en medio del rezo virtual.
Además de rezar, la novia de Iñigo Onieva le ha enseñado al sacerdote y a todos sus seguidores la capilla en la que estaban, en una finca de Extremadura, donde pasa unos días con sus amigas disfrutando del campo y montando a caballo.