El último encuentro entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en Barcelona, en compañía de tres de sus cuatro hijos, abría una puerta a la reconciliación que avivaron con palabras el abogado Pascual Vives y el propio Pablo Urdangarin: "Sería lo normal". Periodistas catalanes afirmaron que el ex jugador de balonmano estaba arrepentido de su desliz y había suplicado una segunda oportunidad a su mujer. Sin embargo, hay quien afirma que sigue viendo a su compañera de trabajo y no precisamente en la oficina.
"Mantiene visitas secretas a su amiga Ainhoa Armentia, se siguen viendo y hacen todo lo posible para que sus encuentros pasen desapercibidos para la prensa". Así lo asegura la periodista Lorena Vázquez, que apunta a que los escoltas de Urdangarin les ayudan a mantener la discreción: "Si toman tantísimas medidas para no ser grabados juntos es porque esa relación es más que una simple amistad".
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La misma periodista desvela en Ya es mediodía: "No entendemos por qué intenta forzar una reconciliación si se sigue viendo con Ainhoa… Los encuentros no son en el trabajo ni en el entorno laboral, son en otros lugares… No se han producido un único día y en el entorno de Urdangarin y Ainhoa hablan de bastante momento en los que se han visto como amigos especiales".

Fuentes cercanas apuntan a un cambio de opinión en el yerno real. Si en un primer momento se arrepintió de haber estrechado lazos con Armentia y pidió disculpas a su mujer, ahora sentiría que su matrimonio no tiene arreglo y no merece la pena luchar por él. Sí por una familia que, a pesar de las dificultades, permanezca unida, pues Iñaki quiere una relación cordial con Cristina por el bien de sus hijos. Ella, sin embargo, no está preparada para eso: en Barcelona se hospedaron en lugares distintos y apenas pasaron juntos 10 minutos. El resto, lo repartieron por separado entre sus hijos y sus amistades.