La hija de Paz Padilla viajaba de Madrid a Valencia ilusionada y anunciando en sus redes sociales que iba a la gala de los Goya. "Que empiece la fiesta del cine. Estoy muy feliz de estar hoy aquí, apoyando el cine de nuestro país, un sector que admiro y disfruto tantísimo. Gracias por contar conmigo para una noche tan especial", aseguraba ya desde la capital del Turia.
La madre de Anna Ferrer Padilla, consagrada actriz, también presumía de que su hija iba a los Goya: "La noche del cine, no puede ir más guapa mi bebé". Guapa sí, pero no estuvo en los Goya.
Paz Padilla fue engañada o cómplice del engaño. Ambas se encargaron de anunciar que la niña iba a los Goya, donde sólo se acude con exclusiva invitación. Es la gran noche del cine español, uno de los grandes eventos sociales del año, donde se dan cita las grandes celebridades patrias. La cita donde los medios hacen un gran despliegue para informar del propio acto y de la alfombra roja.
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Y ahí decía Anna Padilla que iba a estar. Desfilando ante los centenares de flashes. Para eso ya había puesto en sus redes sociales de quién era el vestido, los zapatos, los pendientes, el maquillaje y hasta el peinado.
Al día siguiente de la gala (en la que no estuvo), aún decía en las redes: "Sigo soñando con la noche de ayer Goya 2022". Vicky Martín Berrocal, que firmaba el modelo de la joven, le contestaba: "Gracias por elegirnos". Pero el vestido de la diseñadora sevillana tampoco estuvo en los Goya.
Toda una exhibición por parte de la joven influencer. Pero la realidad es que Anna no ha estado en la gala de los Goya, como hizo ver. La hija de Paz Padilla estuvo en una fiesta organizada en una carpa, viendo la gala por una pantalla de televisión. Un engaño que muchos ya se lo han hecho saber en sus redes sociales: "Vaya timo, no fue a los Goya, fue a una fiesta a ver la gala por televisión", "No pisaste la alfombra, vaya tomadura de pelo ¿para eso tanto vestido?", "Pero si no estuviste en la gala, estuviste en una carpa".
No la dejaron pasar
Su actitud recuerda en algo lo que hizo otra Anna, la famosa Anna Allen, la actriz de Cuéntame cómo pasó que se inventó que estuvo en los Oscar haciendo un montaje con Photoshop. La actriz que dio vida a Marta Altamira (novia en la ficción de Tony Alcántara, Pablo Rivero). A comienzos de 2015, los medios destaparon que la intérprete se había inventado una carrera en Hollywood con supuestas participaciones en proyectos que nunca se produjeron. Allen usaba el Photoshop para crear falsas pruebas que demostraran sus supuestos éxitos. Al descubrirse todo, la catalana desapareció durante varios años de la escena pública. Javier Calvo y Javier Ambrossi decidieron llevar su historia a una de las tramas de la tercera temporada de Paquita Salas. Allen, en boca de su personaje en la ficción, logró redimirse y explicar ante las cámaras el "infierno" que vivió tras su gran error.
Anna Ferrer Padilla no pudo llegar a montar un número como el que acabamos de recordar de Anna Allen porque, aunque la hija de Paz Padilla lo intentó, no consiguió fotografiarse en la alfombra roja. No la dejaron pasar.
Según aseguran a Informalia personas de la organización, tanto ella como alguna otra influencer que también anunció que iba a los Goya realmente se quedaron en una carpa a ver la gala por televisión: "Pidieron poder atravesar la alfombra roja", nos confirman. Por supuesto les dijeron que no. Fuentes cercanas a Anna aseguran que estaba molesta porque no la dejaran pasar por la alfombra roja. "Quería hacer ver que había estado en la gala de los Goya para aparentar que es muy importante", nos explican. "Es probable que algunas marcas les hayan cedido vestidos y joyas porque les habían dicho que eran para los Goya", nos indican.
Malos tiempos para las Padilla
No ha sido un episodio como para presumir y no corren buenos tiempos tampoco para su madre, la defenestrada Paz Padilla de Sálvame. A las excentricidades de su hija, asistente fantasma a los Goya, hay que añadir las polémicas declaraciones sobre el Covid de la cómica gaditana y su bronca en directo con Belén Esteban. No olvidemos el rifirrafe con sus vecinos de Cádiz, donde la presentadora compró un piso valorado en un millón de euros recientemente. La actriz habría construido unas ventanas en una zona común, sin haberlo consultado antes con el resto de la comunidad.
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A este varapalo también se suma el de su firma en Zahara de los Atunes, 'Ni no ni ná'. Recientemente, su hija y ella tomaron la decisión de cerrar la tienda física temporalmente debido al poco movimiento que hay en la localidad costera gaditana durante los meses no estivales. No obstante, siguen vendiendo sus prendas y accesorios online.
Por otro lado, como ya explicamos en Informalia, su continuidad en Mediaset pende de un hilo a raíz de sus comentarios sobre las vacunas, por los que ya se justificó. En las redes, la humorista también ha recibido críticas en los últimos meses. Entre otros asuntos, por sus mensajes acerca de cómo afrontar y asumir la muerte.
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