"A falta de 3 meses para cumplir los 41! Buena cara y arrugas! A tomar un aperitivo! Buenos días!", nos decía hace apenas unas horas desde su pueblo favorito Iker Casillas, leyenda viva del fútbol español y personaje indiscutible de la crónica rosa más allá de sus hazañas como portero por aquel beso con Sara Carbonero televisado al planeta Tierra nada más ganar el Mundial en 2010.
Han pasado doce años de aquello. El de Móstoles y la de Corral de Almaguer tuvieron dos hijos, se casaron, él tuvo un infarto y dejó el deporte activo; ella pasó un cáncer de ovarios muy complicado. Dejaron Oporto, se divorciaron y el ex guardameta de la Roja sigue mostrando el cariño inmenso por la madre de sus niños, a la que, por ejemplo, felicitó por su 38 cumpleaños el pasado 3 de febrero. "Por otros sueños por realizar. Por otros sueños cumplidos. Disfruta aunque alguna tempestad intenta restar camino. A toda máquina! Felicidades mujer! ¿A por otro año para olvidar los anteriores!", le decía, y se refería a ella como "mujer", como podemos ver.
Pero desde el amistoso divorcio entre la periodista toledana y el gran portero madridista se ha sucedido otros romances y no romances. Ella ha tenido tiempo de jugar al amor con el cantante Kiki Morente; aunque parece que eso ya terminó.
A Iker en cambio le han salido amigas que han hablado en programas de televisión, revistas y demás. Por ejemplo está otras Sara, de apellido Dénez, a quien, en un primer momento, aseguró que no conocía de nada. Recordemos que en julio interpuso una demanda contra José Antonio Avilés, el tertuliano que lanzó la información, y contra la productora Cuarzo, responsable del programa Viva la vida, en el que Avilés desveló unos supuestos audios del portero con la artista. Luego su abogado reconocía que sí, que hablaba con ella.
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Así, hace unos días tuvo lugar ese juicio entre Iker Casillas, José Antonio Avilés y Cuarzo, la productora de Viva la Vida. Fue en los juzgados de Pozuelo. Y allí, el ex portero Del Real Madrid y de la selección española no tuvo más remedio que agachar la cabeza.
La jueza, ante una demanda que estaba basada en que en el programa de Telecinco se inventaron la existencia de unos audios y simularon su escucha, no le quedó más remedio que pedir a los demandantes que, si existían esos audios, tenían que aportarlos al juicio. Y así fue. Según ha podido saber Informalia, la productora presentó los audios al juicio. Y claro, hubo que escucharlos. "Son audios guarretes", nos dice una fuente presente sin entrar en más detalles, "y a Iker se les caía la cara de vergüenza", nos dicen. "Fue el típico momento 'Tierra trágame", aseguran.
En sede judicial, delante de la jueza, los abogados, la fiscal y demás personas que se encontraban en la sala, se dio al play para sonrojar al exmarido de Sara Carbonero. Se trata de unos audios entre Iker Casillas y Sara Dénez en los que no solo se demuestra una complicidad entre ellos sino que incluso hay alguno un poco subido de tono.
Un momento que nos describen de máxima tensión para el ex guardameta al reconocerse en dichos audios y escuchándose decir determinadas cosas. Fue ahí cuando Iker, tal vez como consecuencia de cierta vergüenza, agachó la cabeza y dirigió su mirada al suelo.
Visto para sentencia
El juicio ya está visto para sentencia y en unas semanas habrá resolución, pero aunque el ex portero gane o pierda, ha pasado un trago amargo al demostrarse que no solo había mentido con la existencia de los audios sino al tener que escucharlos.
Desde que se separó de Sara Carbonero no es la primera vez que se le relaciona con una chica. Hace apenas un par de semanas, Iker protagonizó la portada de Lecturas por su supuesta relación con la influencer Rocío Osorno. El ex de Sara Carbonero y la experta en moda llevaban viéndose unos meses en secreto en Sevilla y Madrid y aseguraban incluso que habían hecho una escapada romántica a París. Ella no se ha pronunciado al respecto pero él inmediatamente se lo desmintió a Informalia a través de su entorno: "No hay ninguna relación con esa mujer", nos dijeron.
Sea como fuere, lo cierto es que de momento, lo único seguro es que Iker vive volcado en su trabajo de embajador del Real Madrid y en su centro de entrenamiento especializado para porteros que ha abierto en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Y como es un hombre soltero, puede tener las amigas que quiera. Otra cosa es que las niegue, y le pillen como en el juicio.
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