La vitoriana y su marido, del que está en proceso de separación, posee varias viviendas en Vitoria. Además, Ainhoa es propietaria de un piso en Alicante. Mientras, Iñaki, que no posee bienes inmuebles, vive con su madre.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia son compañeros del despacho de abogados de Imaz y Asociados y su relación se fraguó en verano de 2021. La vitoriana, de 43 años, está casada con Manuel Ruiz, del que está en trámites de separación. Tienen dos hijos adolescentes. La nueva amiga de Iñaki es licenciada en Admnistracion y dirección de empresas y trabaja de analista contable en el bufete.

Hasta hace muy poco tiempo, Ainhoa vivía con su marido en una vivienda de 150 metros cuadrados, una propiedad que ambos compraron en 2016 en régimen de separación de bienes, según publica Lecturas. La casa, que se adquirió mediante una hipoteca por valor de 203.605 euros, ha sido el hogar del matrimonio. Esta vivienda, de la que Ainhoa tiene un 33%, está situada en el barrio de Lovaina (Vitoria).

Además, el matrimonio tiene otro piso más, de 82 metros (un 67% de este propiedad le corresponde a la vitoriana). Durante los días de tormenta mediática, Ainhoa se ha refugiado en el piso donde vive su madre, según la citada revista. La amiga del ex duque comparte con su hermana la titularidad de este inmueble, cuya madre es la usufructuaria.

Y aún hay otra vivienda más. Un piso en Alfaz del Pi (Alicante). Allí compró Ainhoa un apartamento de 48 metros en 2003, donde podría haber disfrutado de una discreta escapada con su nuevo amor. 

Lea también: Urdangarin viaja a Ginebra para ver a la infanta Cristina tras el escándalo

Iñaki, sin embargo, no posee propiedades a su nombre. Tras su condena por el caso Nóos, por prevaricación, malversación, fraude a la Administración, tráfico de influencias y dos delitos contra Hacienda, tuvo que vender sus bienes y hacer un pago de 972.274 euros. Iñaki, que vive en casa de su madre, Claire Liebaert, en Vitoria, es mileurista. Recordemos que el ex duque percibía 800 euros al mes en 14 pagas por su trabajo en el Hogar Don Orione, mientras cumplía condena en Brieva.

La vitoriana no sólo comparte amor y trabajo con Urdangarin, también su pasión por el deporte y la playa. Ainhoa, volcada en sus hijos, en el cole y en las actividades extraescolares, "es una chica muy normal", dice su entorno a la revista, que "le ha devuelto la ex duque la alegría".

comentarios1WhatsAppFacebookTwitterLinkedin