Continúa el escándalo de las fiestas del primer ministro británico en plena pandemia de 2020. A las ya conocidas se suma otro evento más. Johnson trata de eludir responsabilidades.

La presión sobre Boris Johnson crece: el escándalo de las fiestas que se celebraron en Downing Street en 2020, cuando la pandemia de la Covid arrasaba el país, está pasando factura a la imagen del primer ministro. A este enorme revuelo se suma la actitud pública del jefe del ejecutivo, que parece escurrir el bulto sin asumir responsabilidades. Tanto que algunos medios apuntan que está tratando de culpabilizar a su equipo de asesores para "salvar el pellejo", según The Mirror.

Este nuevo evento que sale a luz ahora se produjo también en las semanas previas a la Navidad de 2020. Según publica el rotativo, fue con motivo de la despedida a su asesor de defensa, el capitán Steve Higham. Johnson estuvo allí, en la fiesta, durante unos minutos para agradecerle su trabajo, junto a un grupo reducido del personal que trabaja en Downing Street. Pero se escuda en que pensaba que se trataba de un evento de trabajo. En la foto inferior, con su esposa, Carrie Symonds.

Este asunto, que la prensa ha bautizado como partygate, está dañando la imagen pública del primer ministro. De todas las fiestas que ahora se conocen, llama especialmente la atención la del 20 mayo de 2020, cuando Reino Unido y Europa se encontraban bajo un confinamiento estricto por la incidencia de la primera ola de Covid. En los jardines de Downing Street, la residencia del primer ministro, Boris Johnson, y su actual esposa, Carrie Symonds, habría tenido lugar una fiesta privada con la asistencia de un centenar de personas.

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