Hace tiempo que no vemos a Isabel Sartorius. La que fue el primer gran amor de Felipe de Borbón ha elegido hace años una vida discreta fuera de los actos sociales, si exceptuamos ciertas comparecencias promocionales y alguna aparición en público con César Alierta.

Mientras trabajó para César Alierta en la Fundación Telefónica, bien directamente para la institución o a través de empresas colaboradoras, Isabel, que cumple 57 años este jueves, estaba mucho más delgada, arreglada más que de costumbre y más guapa que nunca. Había iniciado una relación con el ex presidente de la compañía.
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El ejecutivo, de 76 años, viudo y sin hijos, siguió saliendo con ella cuando Isabel decidió dejar su puesto en el departamento de cooperación de la fundación, labor que la primogénita de Isabel Zorraquín y del marqués de Mariño, Vicente Sartorius, abandonó a pesar de que siempre le han gustado ese tipo de trabajos y cuenta con experiencia, además de que estaba muy bien pagada.
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Cuando parecía que Isabel y César Alierta podían culminar su romance con un compromiso serio, el ex presidente de Telefónica y la ex del actual monarca desaparecieron de los focos y Sartorius cambió de vida y de domicilio. Dejó su piso de la calle Miguel Ángel de Madrid y se cambió a otro mejor y más elegante, en el mismo barrio de Chamberí. Sin embargo, nunca llegó a convivir con Alierta. Cada uno tenía su casa aunque siguieran juntos.
También es cierto que Alierta ha pasado por algunos trances delicados de salud. En 2020 tuvo que ser ingresado en la clínica Ruber por un grave episodio coronario. Un año antes, había sufrido una angina de pecho durante un viaje a Chile, pero en aquella ocasión el percance fue más leve. Parece que Isabel Sartorius estuvo pendiente de su evolución mientras permaneció en el Ruber, siempre con mucha discreción y sin dejarse ver. Ahora Alierta corresponde a Isabel ocupándose de ella en un momento muy difícil.
Este último verano, Alierta alquiló una casa en Sotogrande en la que Isabel pasó sus vacaciones pero, una vez más, apenas se dejaron ver en público. En estos momentos la desaparición de Sartorius está más que justificada. Y es que antes de Navidad tuvo la mala suerte de romperse una cadera, un mal tropiezo que la ha hecho pasar por el quirófano para ponerse una prótesis. Su recuperación es larga y delicada y más en tiempos de tantos contagios y en los meses más fríos el año.

Su hija no vive ya con ella
Nos cuentan que César Alierta es ahora quien se preocupa de que no le falte de nada. La hija de Isabel, Mencía Fitz-James Stuart, ha dejado la casa de su madre y vive en la actualidad con Javier, su padre, divorciado de María Chávarri, una de las hermanas de Marta Chávarri. Mencía es fruto de la relación de Isabel con Javier Fitz-James, quien cambió su apellido paterno, Soto, por el de un tío suyo, pariente de la duquesa de Alba, quien le hizo su heredero.

