Los medios británicos siguen desvelando fiestas y reuniones clandestinas bajo el mandato de Boris Johnson mientras su población trataba de seguir las restricciones impuestas por el gobierno para contener la expansión del coronavirus.
Primero salió a la luz la que tuvo lugar el pasado 20 de mayo de 2020, en la residencia del primer ministro británico, con cerca de una cuarentena de personas, después, las reuniones festivas en la víspera del funeral del príncipe Felipe de Edimburgo. Pero no queda solo ahí.
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Según revela el diario The Mirror, Johnson y su equipo celebraban cada semana los "viernes de la hora del vino", contrastando con la prohibición de las reuniones en interiores. A estas fiestas asistían hasta 50 empleados del número 10, todas las semanas entre las 16:00 y las 19:00 horas y que las organizaba la oficina de prensa oficial. El evento era tan popular y regular que el propio personal compró una nevera en diciembre de 2020 para mantener frescas las botellas de vino y cerveza que introducían con una maleta.
La oficina del primer ministro británico pidió este mismo viernes perdón a la reina Isabel II por las fiestas celebradas en Downing Street un día antes del funeral por su marido, el Duque de Edimburgo. "Es profundamente lamentable que esto tuviera lugar en un momento de duelo nacional y el Nº10 (de Downing Street, sede de la oficina del primer ministro) ha pedido perdón a Palacio", aseguró un portavoz de Johnson.
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