Las andanzas de Victoria Federica traen por el camino de la amargura a sus padres, y más después de ver las últimas imágenes discotequeras de la polémica Vic, en las que se la ve bebiendo a morro de una botella, totalmente desatada y bailando con un ritmo frenético.
La infanta Elena está desesperada al contemplar que su hija rompe todas las normas sanitarias de la pandemia. Para la nieta del rey don Juan Carlos parecen no existir las mascarillas, corre riesgos innecesarios y se salta a la torera las recomendaciones de las autoridades.
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Ni las charlas de papá Marichalar, ni los reproches maternales hacen efecto en una chica que se ha desmadrado desde que cumplió la mayoría de edad.Su más fiel apoyo en tanto desaguisado es su novio Barce, dj de moda y compañero de juergas, otro que debe conocer el significado de la palabra mascarilla.
Tampoco el rey Felipe VI, tío de Vic, ve con buenos ojos la actitud de su sobrina. No es la primera vez que el monarca habla con su hermana Elena sobre los asuntos de la sobrinísima. Pero se ve que las regañinas no obtienen el efecto deseado. Está en la edad.
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