"Alto, delgado, muy agraciado, extranjero y compañero de internado". Así define alguna compañera, desde dentro del centro galés, al chico que le hace tilín a la princesa de Asturias. Se conocieron en el colegio de Gales en el que ambos estudian, y "congeniaron rápidamente", admite una estudiante que convive en el UWC Atlántic College y en el mismo curso que Leonor.

No es la primera vez que se rumorea que a la primogénita de los reyes le gusta un chico determinado. Para empezar, y dado que cumplió 16 años el pasado 31 de octubre, lo raro sería lo contrario, es decir, que por el estómago de su Alteza no corrieran de vez en cuando mariposas. Con apenas un año más, su madre bebía los vientos por el hombre con el que se casaría una década después.

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Leonor, cuando tenia dos años menos, y acudía a clase en el exclusivo Colegio de Santa María de los Rosales, debió tener algún tipo de enamoramiento propio de esa edad. Surgió el rumor de que le gustaba un joven perteneciente a una adinerada familia madrileña. Sofía, su gran confidente, debió comentar algo con amigas del centro, según se dijo.

Pero entonces se publicó, sin ningún tipo de confirmación, que la reina Letizia le quitó de la cabeza a su hija cualquier tipo de amorío. Según aquellas versiones, la esposa de don Felipe consideró que Leonor, una jovencita muy bella, debía centrarse más en los estudios que en posibles enamoramientos adolescentes. Doña Letizia tiene como prioridad absoluta la educación de sus dos hijas.

No sabemos cómo gestionarán los padre de la futura reina la natural evolución de sus hijas pero, tanto si este rumos se confirmara como si no, sin duda en algún momento se enfrentarán como todos los padres a los cambios emocionales propios de la edad del pavo, si no lo han hecho ya. Ahora, con 16 años, y a miles de kilómetros de Madrid, en el internado UWC Atlántic College de Gales, la nieta de don Juan Carlos es una más; allí no distinguen entre pobres y ricos, nobles o plebeyos, no existen distinciones ni enchufes. Y parece ser que nuestra heredera al trono de España se ha adaptado perfectamente a su nueva vida.
Aunque dicen que echa muchísimo de menos a su hermana, la infanta Sofía, con la que se entiende al cien por cien. Hermanas, sí, pero también amigas y confidentes. Uña y carne. No tienen secretos la una para la otra, y la separación geográfica no la llevan nada bien. ¡Qué buena fuente sería la infanta Sofía si quisiera romper la omertá fraternal!
