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Charlene de Monaco da señales de que existe pero su estancia en Suiza es hermética y extraña

La estancia de Charlène de Mónaco en una clínica suiza, especializada en problemas psiquiátricos y emocionales, se ha vuelto más hermética y extraña con motivo de esta Navidad.

Alberto de Mónaco y sus hijos gemelos Gabrielle y Jacques visitaron por sorpresa a Charlene en la clínica de Zúrich, le entregaron los regalos en un saloncito privado para mantener su intimidad y después de varias horas juntos, regresaron a Mónaco, sin ella. La princesa podría pasar internada todavía varios meses. Eso publicó el 23 de diciembre Voici, la revista sensacionalista francesa que más demandas recibe de gente famosa del mundo social y del espectáculo, contradiciendo declaraciones anteriores del príncipe Alberto, cuando afirmaba que su esposa regresaría pronto y se incorporaría con normalidad a la vida del Principado.

La realidad es que no ha sido así y ni siquiera ha podido pasar las fiestas más familiares del año con su marido y sus hijos. La dolencia que padece la esposa de Alberto de Mónaco va mucho más allá de las operaciones quirúrgicas que le han practicado los médicos sudafricanos a la nadadora olímpica, aquejada oficialmente de infecciones en los oídos y la garganta, que se habrían complicado hasta obligarla a permanecer varios meses en su país natal sin poder regresar a Mónaco.

Finalmente el día de su regreso, Charlene posó en el patio del palacio de Montecarlo abrazada a su marido y a sus hijos, escenificando el feliz regreso a casa y a la normalidad. Pero, unas horas más tarde, se hacía público que necesitaba reposo y fuerzas para cumplir con sus obligaciones institucionales.

Lo único real (o virtual) de su estado actual, es un mensaje navideño de la princesa en su cuenta de Instagram, dedicado a agradecer a las personas que ayudan económicamente a la Fundación Princesa Charlene de Monaco: "El sentimiento de donar, de ayudar y de salvar vidas es lo que da sentido a mi fundación, tan especial. Gracias a todos aquellos de todo el mundo por vuestras donaciones, que nos permiten crecer. Esperando que el año 2022 os traiga lo mejor", dice la princesa consorte.

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El mensaje va acompañado del vídeo que ya había enviado la fundación con motivo de la Navidad, junto a unas palabras de la princesa: "Espero que esta Navidad llevará felicidad en todo, así como amor. Que Dios bendiga a cada uno de vosotros hasta el infinito". La prolongada y extraña ausencia de la princesa del Principado ha desatado toda clase de especulaciones.

Desde que no ha podido soportar vivir en una jaula de oro, donde parece que solamente ha servido para tener los herederos que necesita el trono para su continuidad, hasta la posible hostilidad de Carolina, molesta por tener que ceder su papel de primera dama a la esposa e su hermano. La realidad es que la antigua nadadora se siente sola en un palacio desangelado, agobiada por el protocolo y ejerciendo un papel decorativo vacío de contenido. Su frágil personalidad no ha podido superar tantos obstáculos. En unos días, el próximo 25 de enero, cumple 44 años. ¿Tendremos visita de su familia a Suiza?

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