Javier Santos, quien dice ser hijo biológico de Julio Iglesias, y cuyo ADN coincide en un 99,9 por ciento con el del artista, sigue empeñado en que el cantante le reconozca como hijo. Tras poner (en repetidos intentos a lo largo de una década) el asunto en manos de la Justicia e incluso confiar en una entidad internacional especializada en este tipo de casos, le ha pedido ayuda al mismísimo Papa Francisco.
Así las cosas, Santos ha enviado hasta el Vaticano una carta para que, según él, se haga justicia con su caso: "Mi nombre es Javier Sánchez Santos y llevo décadas en una encrucijada legal para obtener el reconocimiento como hijo del cantante Julio Iglesias, pese a que la investigación y determinación obedece a postulados constitucionales (artículo 39. 2 de la Constitución Española) y convenios supranacionales (artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos)", comparte La Razón.
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En la misiva, es ostentoso al pedir "una audiencia personal con el Papa Francisco, el sueño de muchas personas. Se que es muy complicado (casi imposible) por la difícil agenda de Su Santidad, pero me moveré con todas mis fuerzas en aras de conseguirla…".

Su gran motivación es demostrar que es hijo del intérprete de Soy un truhán, soy un señor: "Mis motivos son dramáticos, porque llevo cuarenta años luchando para conseguir lo que millones de personas tienen: un padre. Nuestro Papa es una figura carismática y la cabeza visible De la Iglesia Católica, y como cristiano que soy busco su ayuda y su aliento".
También le explica al Jefe de la Iglesia católica las pruebas que tiene para demostrar, según él, la paternidad: "La afirmación de que Julio Iglesias es mi padre no es gratuita. Cuento con una prueba irrefutable de ADN, obtenida mediante un detective privado en Miami, y un análisis genético ha concluido un parentesco del 99,9 por ciento".
En su misiva, Javier insiste: "Mi malestar, porque la ciencia va por un lado y el Derecho por otro, ya que, científicamente, ha quedado acreditado que soy hijo de Julio Iglesias, pero al ser cosa juzgada (debido a que ya intenté conseguir el reconocimiento de mi filiación a principios de los noventa, intento fallido por defecto procedimental) encontraré dificultades para ejercitar mi derecho constitucional amparado por la Carta Magna...".
Por último, su sentencia es clara: "Debería prevalecer la investigación de la paternidad sobre la cosa juzgada. ya que la Constitución es nuestra norma suprema y prevalece sobre las demás leyes de nuestro ordenamiento jurídico", argumenta, a su juicio.