Las lágrimas de María Patiño en directo cuando recuerda a su amiga Mila Ximénez reflejan un sentimiento unánime de todos los que conocimos a una mujer tan entrañable como extraordinaria. Las primeras Navidades sin ella nos remontan a un cúmulo de recuerdos inolvidables. El poso que ha dejado es tan firme como confiesa, Chelo García Cortes: "Siento que Mila sigue entre nosotros, que no se ha ido".
Su espíritu continúa sobrevolando por encima de todos los que la echamos tanto de menos. Hasta el duro Kiko Matamoros se enternece cuando habla de ella, y Víctor Sandoval entretiene sus noches de invierno poniendo vídeos en los que Mila es la protagonista. Belén Esteban, amiga íntima de la fallecida, le felicita la Navidad "estés donde estés", y Patiño descubre que "en el fondo, Mila era una mujer tremendamente vulnerable", algo que corrobora Chelo, añadiendo que "también era muy payasa, y sabía reírse de ella misma".
La última vez que pude hablar con ella ya se encontraba muy enferma, fue una corta conversación por whatsapp: "Estoy inmersa en un ciclo de quimioterapia y estoy muy cansada, pero confío en superar esta enfermedad", escribió.
En mi siguiente llamada ya no respondió, lo hizo su hermano: "Mila no se encuentra en disposición de coger el teléfono, pero tanto ella como yo te agradecemos tu cariño y tu interés". Me dejó muy preocupado, sentí que era la recta final, que jamás volvería a oír su voz. Así fue, dos meses más tarde conocimos que había muerto.