Julian Assange sufrió en octubre un derrame cerebral en la cárcel de Belmarsh, al sureste de Londres, según ha desvelado ahora su prometida, debido al "estrés extremo" causado tras comparecer telemáticamente ante los Tribunal. La noticia se da a conocer después de que la justicia británica aceptara la extradición de EE.UU, decisión que el editor de WikiLeaks aún puede recurrir.
El activista, de 50 años, se quedó con el párpado derecho caído, problemas de memoria y signos de daño neurológico pero su situación no parece que vaya a librarle de pasar su tercera Navidad tras las rejas, a la espera de que se conceda definitivamente su extradición a Estados Unidos, país que se ha comprometido a tratarle bien y a proporcionar al activista un juicio justo.
Un 'ataque isquémico transitorio', la interrupción del suministro de sangre al cerebro, puede ser una señal de advertencia de un derrame cerebral completo. Desde entonces, Assange se ha sometido resonancias magnéticas y ahora está tomando medicamentos.
Moris, de 38 años, prometida del editor de WikiLeaks y abogada, asegura que "Julian está luchando", pero teme "que este mini accidente cerebrovascular pueda ser el precursor de un ataque más importante". La novia de Assange dice que lo sucedido en octubre aumenta sus "temores sobre su capacidad para sobrevivir cuanto más se prolongue esta larga batalla legal".
Pide que el asunto sea "resuelto con urgencia". La letrada compara la situación de su prometido con la de los animales atrapados en jaulas en un zoológico. "Les acorta la vida. Eso es lo que le está pasando a Julian. Los interminables casos judiciales son extremadamente estresantes mentalmente". Se queja de que a Julian le mantengan en su celda "durante largos períodos" y de que "le faltan aire fresco y luz solar, una dieta adecuada y los estímulos que necesita".
Assange recibió el viernes la peor de las noticias al conocer el revés legal del Tribunal Superior de Justicia británico que anuló una sentencia emitida este año que impedía la extradición a los EE.UU para enfrentarse allí a cargos de espionaje y que pueden suponer cadena perpetua de facto si las condenas que se solicitan salen adelante. El Tribunal revocó el fallo anterior después de que el gobierno de Estados Unidos ofreciera garantías sobre su posible encarcelamiento, cosa que la novia de Assange no acepta: "Creo que este juego de ajedrez constante, batalla tras batalla, el estrés extremo, es lo que causó el derrame cerebral de Julian el 27 de octubre", dijo. Moris describe así la situación de su prometido: "Se siente realmente mal, demasiado enfermo para seguir la audiencia". "Debe haber sido horrible escuchar una apelación ante el Tribunal Superior en la que no puedes participar, que trata sobre tu salud mental y tu riesgo de suicidio y en la que Estados Unidos argumenta que te lo estás inventando todo". "Estaba en un estado verdaderamente terrible. Sus ojos estaban desincronizados, su párpado derecho no se cerraba, su memoria estaba borrosa".
Assange fue examinado por un médico, que encontró una respuesta tardía de la pupila cuando se le iluminó un ojo con una luz, un signo de posible daño nervioso. Moris y Assange tienen dos hijos, Gabriel, cuatro, y Max, dos, y llevan comprometidos cinco años.
Mori visitó este sábado al activista durante alrededor de una hora, llevando a los niños a verlo en una sala de la prisión compartida por decenas de reclusos y sus familiares. Vio a Assange "angustiado" por estar alejado de su familia, y agregó: "Ve difícil la perspectiva de una tercera Navidad en prisión".
Estados Unidos quiere juzgar a Assange por conspiración para obtener y divulgar información que afecta a la seguridad nacional después de que Wikileaks publicara cientos de miles de documentos filtrados relacionados con las guerras de Afganistán e Irak. Se refugió en la Embajada de Ecuador en Londres en 2012 porque temía la extradición, y permaneció siete años hasta que lo sacaron por la fuerza y ??lo enviaron a Belmarsh en 2019.
Tiene hasta el 23 de diciembre para apelar contra la sentencia de la semana pasada pero la resolución de su recurso podría tardar meses o incluso años, por lo que potencialmente años podría seguir en prisión preventiva en el Reino Unido mucho tiempo sin ser juzgado. Para su novia y madre de sus hijos "es un ultraje que alguien que no está condenado por ninguna sentencia deba estar en prisión durante años y años" "Julian no es una amenaza para nadie y representa un total desprecio de su libertad individual y nuestro derecho a una vida familiar", añade. "Estados Unidos juega sucio en cada paso que da, es una guerra de desgaste", dijo.
