El Balón de Oro le ha vuelto a tocar a Messi, otra vez en el que no ha sido su mejor año. Desde 2008, el argentino y Cristiano (con la única excepción de Luka Modric en 2018) se han repartido el galardón. Para Leo ya es el séptimo.
Pero si la temporada en el Barcelona fue más que discreta y sus méritos en el PSG son inexistentes, puede consolarse por tener una familia maravillosa que le arropa siempre y este lunes no ha sido una excepción. Ha recogido su séptimo Balón de Oro después de ser campeón de la Copa América y ganar por primera vez algo con su selección y lo ha hecho con su mujer y sus hijos a su lado.
El premio es más homenaje que a méritos reales. Por detrás del argentino quedan Lewandowski, probablemente el que más lo merecía este año y el pasado, en el que se suspendió el premio por la pandemia, y después Benzema, sentenciado enun sórdido caso que no le ha favorecido. Al polaco le le ha entregado el premio como máximo goleador del año, una novedad en esta gala. Fuera del podio quedó Jorginho, que ganó la Eurocopa y la Liga de Campeones.