Por fin aclaro Kiko Rivera las incógnitas que rodearon a su no boda con Irene Rosales, celebrada el 7 de octubre del 2016. El dj reconoce que faltaban una serie de documentos que no pudieron conseguirse a tiempo, y que como ya tenía apalabrada la exclusiva con la revista del saludo para la fecha citada, decidió hacer el paripé sin contar la verdad a nadie.
Aquel día la que sacó mayor tajada económica del evento fue Isabel Pantoja, que negoció con la publicación su caché por asistir a la ceremonia. Kiko es muy claro al respecto: "Mi madre negoció en solitario la cantidad. Y cobró más que nosotros. Pero yo tengo muy claro que si algún día mis hijos se casan y conceden una exclusiva, lo que Irene y yo nos llevemos por ir se lo entregaremos a nuestros hijos". Vamos, que no se corta al dejar entrever que su madre fue egoísta y tacaña. Su regalo a los novios fue sufragar los gastos del grupo musical que cantó en la iglesia.
No fue hasta después de tres años, en el 2019, cuando Kiko e Irene contrajeron matrimonio por lo civil en el Ayuntamiento de la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta, con la única presencia de dos testigos.
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