La ex de Kanye West acaba de asociar su marca de ropa interior moldeadora, Skims, con la firma Fendi y el resultado ha sido un auténtico éxito. El pasado martes lanzaron su primera colección cápsula y ganó un millón de dólares en el primer minuto.
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La colección está basada en bocetos de una colección de archivo de Fendi, que se presentó por primera vez en 1979, adaptando las líneas de las prendas moldeadoras de Kim Kardashian, que actúa como modelo para la campaña. El precio de las prendas oscila entre los 100 dólares, de los sujetadores más asequibles, y los 4.200 que cuesta el vestido de cuero que llevó la mismísima Kim en los premios de la revista WSJ.
La empresa de Kim está valorada ya en más de mil millones de dólares y su fortuna, según Forbes, alcanza el billón de euros. Eso sí, no está exenta de polémica: siete ex miembros de mantenimiento demandaron a la estrella televisiva el pasado mes de mayo por impago de los salarios y largas jornadas no recompensadas.
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