La muerte de doña Ana el pasado mes de septiembre ha supuesto un duro mazazo para su hija, Isabel Pantoja, que la acompañó y arropó hasta el último suspiro. Ahora, más sola que nunca, distanciada de sus hijos y de sus amigos, la tonadillera trata de superar la pérdida recluida en Cantora, cuyas habitaciones recorre abrazada a la urna que contiene las cenizas de su madre.
Lea también - Isabel Pantoja, angustiada: el fiscal pide que se anule la venta de Mi gitana, donde vivió su amor con Julián Muñoz
Mientras Kiko Matamoros asegura que Pantoja no tiene dónde depositar los restos mortales de doña Ana, otros tertulianos de Sálvame afirman que ella no quiere separarse de ellos todavía. Son su única compañía en las últimas semanas, en las que desvelan que la artista se ha 'abandonado' por completo: "Está mucho más delgada, tiene profundas ojeras de llorar y el pelo casi blanco, pues hace meses que no se lo tiñe", han dicho.
Ya lo adelantó su hija, Isa Pi, al narrar el encuentro que habían tenido en Cantora horas después de morir doña Ana: "Me impactó ver a mi madre, está muy delgada". El entorno está preocupado por la salud de la cantante aunque dicen los expertos que la primera fase del duelo es la negación y que es la que estaría atravesando ahora la artista.