"Todas las promesas no serán más que bla, bla, bla" es la frase de Greta Thunberg que se permitió parafrasear el 'premier' británico, Boris Johnson, durante su discurso en La Cumbre del Clima de Glasgow, al que acudió en jet privado por "significativas limitaciones de tiempo" -según el portavoz de Downing Street- y de la que regresó en el mismo medio de transporte. ¿El motivo? Llegar a tiempo a una cena de amigos, según informa Daily Mirror.
Al finalizar su comparecencia ante los medios, el primer ministro se dirigió al aeropuerto de la ciudad escocesa y voló en avión privado hasta Londres. Un viaje que hizo en 60 minutos, cuando en tren le hubiera llevado alrededor de cuatro horas. Y esas horas no se ahorran sin ningún coste. Una vez en la capital británica, según publica el citado medio, Johnson acudió a un club privado para reunirse con antiguos compañeros del periódico Daily Telegraph, donde trabajó varios años.

Tras salir a la luz esta información, Anneliese Dodds, presidenta del Partido Laboralista, calificó la actitud del primer ministro de "hipocresía abrumadora", recordando que en el discurso que encaró Johnson en la CP26 había advertido que el mundo se dirige "hacia el Juicio Final" si no se toman medidas para combatir la crisis climática y reclamó que "no más esperanzas, objetivos y aspiraciones, por valiosos que sean, sino compromisos claros y calendarios concretos para el cambio".
Hay que recordar que el jet privado es una de las formas de transporte que más emisiones de carbono produce por pasajero. Pero, a pesar de ello, alrededor de 400 jets privados aterrizaron en Glasgow para acudir a un encuentro que pretende poner soluciones al gravísimo problema mediambiental que azota al planeta.

El 'premier' británico no fue el único en 'ahorrar tiempo' para ajustar bien su agenda. Decenas de políticos y miembros de la familia real usaron sus aviones privados para ir a la Cumbre del Clima, como el príncipe Carlos de Inglaterra, el príncipe Alberto de Mónaco, Pedro Sánchez o Jeff Bezos.