El pasado martes, el mundo de la copla se quedaba huérfano con el fallecimiento de Concha Márquez Piquer a los 75 años tras un mes ingresada en un hospital madrileño con una infección respiratoria que, desafortunadamente, no pudo superar. Una muerte que ha sumido en la tristeza a todas las personas que la conocían, y especialmente, a su marido, el actor Ramiro Oliveros.
El intérprete, que acudia al entierro en silla de ruedas por sus problemas de movilidad, protagonizó una escena digna de una película de humor negro. Así lo contaba Beatriz Cortázar en EsRadio, cuando desveló el motivo por el cual Ramiro había estado ilocalizable los días después al entierro.

"Con Ramiro hablé durante la enfermedad de Concha y la muerte, pero hacía días que no había hablado con él. El otro día me llamó; llevaba varios días sin hacerlo yo por no molestarle. Ramiro no estaba desconectado, me contó lo que le había pasado", comenzaba explicando la periodista.
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"Se ha quedado mi teléfono dentro del féretro. En la caja. Con Concha", le contó Ramiro a Cortázar, que señaló: "Y me dijo: 'al ir a besarla y darle el abrazo final, llevaba el teléfono en la chaqueta y se me cayó dentro de la caja. Y se ha llevado Concha mi teléfono".