La princesa regresa por fin a palacio. Después de cinco meses en Sudáfrica, aquejada de una severa infección que la ha obligado a pasar por quirófano hasta en tres ocasiones, Charlène de Mónaco ya está lista para volar a casa. Su marido, el príncipe Alberto, ha confirmado este martes que la ex nadadora estará presente el día de la Fiesta Nacional, que se celebra el próximo 19 de noviembre.
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El hermano de Carolina y Estefanía de Mónaco ha concedido una entrevista en Point de Vue en la que afirma que su esposa se encuentra mucho mejor tras su última intervención: "Tenía que ver con el tabique nasal y salió muy bien. Su regreso está previsto para muy pronto. Y puedo decirles que estará en Mónaco mucho antes de la Fiesta Nacional. No es posible para mí darte la fecha exacta, pero te prometo que lo sabréis cuando llegue el momento".
Zanjan así los persistentes rumores acerca de una crisis sentimental en el matrimonio. Muchos han asegurado desde el pasado mes de mayo, cuando la princesa viajó a Sudáfrica para participar en una campaña contra la caza furtiva, que la pareja se había separado e incluso estaban preparando el comunicado oficial de su divorcio. Ellos han desmentido estas informaciones en repetidas ocasiones, afirmando que la estancia de Charlène se alargaba solo por motivos médicos, pues la princesa desarrolló una grave infección en garganta, oídos y nariz que no le permitía volar. De hecho, tanto su marido como sus hijos, los mellizos Jacques y Gabrielle, viajaron en un par de ocasiones a Sudáfrica para visitarla a ella.
La Fiesta Nacional es uno de los días más importantes en el Principado. La familia real acude cada año a un servicio religioso en la catedral de Mónaco y después se reúnen en el Palacio Grimaldi junto al resto de la familia política.