Con la crisis del coronavirus dando tregua, los actos institucionales vuelven a tener su 'antiguo' color. Los Premios Princesa de Asturias 2021, que tuvieron que celebrarse de una forma minimalista y cauta en 2020 en el Hotel Reconquista debido a la pandemia, se celebrarán este viernes 22 de octubre en el teatro Campoamor de Oviedo.
Un acto que congrerará todas las miradas en doña Letizia, principalmente, y en sus hijas, Leonor y Sofía. La sensación no es nueva para la asturiana, que solo se ha perdido una edición desde que en 2004 se casara con don Felipe. Lo hizo en calidad de princesa de Asturias hasta 2014, año en el que don Juan Carlos abdicó y Felipe VI se convirtió en rey. Ahora llega como reina de España y se espera que vuelva a vestir con diseños de Felipe Varela, como ha sucedido en todas las ocasiones anteriores.
En su primera edición, la de 2004, Letizia debutó en estos galardones con un atuendo de color beige, compuesto por una levita y un vestido con lazada en el cuello. La por entonces princesa no se dejó ver en 2005, pues estaba a pocos días de dar a luz a Leonor. En 2006 reapareció embarazada de Sofía, apostando por un vestido de terciopelo rosa palo, abrigo tweed brillante y unos peep-toes de raso con lazo.


En 2007 y con unos cuantos kilos menos, Letizia se dejó ver con un vestido de seda corto, de color blanco y con con cristales de Swarovski, que complementó con una chaqueta corta de crepé, medias blancas con brillo y los pendientes florales que don Juan Carlos y doña Sofía le regalaron el día de su boda. Este fue uno de los estilismos más criticados de la asturiana, que un año después logró causar mejores sensaciones, cuando se enfundó en un exclusivo 'modelito' de tono azul claro, que acompañó con una cartera de raso de Roger Vivier, peep-toes de Magrit y joyas de Yanes y Tous.


En 2009 se decantó por un diseño que desde entonces ha repetido en más de una ocasión: un vestido azul bordado con pedrerías de azabache. Acompañó al atuendo con su pelo rizado y unos discretos salones del mismo color. Ya entrada la nueva década, la mujer de Felipe volvió a apostar por los tonos oscuros aunque en esta ocasión, recogió su melena con una cola de caballo. Llevó un vestido de color negro, con manga francesa y falda de vuelo. Este fue uno de sus diseños más aplaudidos.


En 2011, la asturiana se decantó por un estilismo más arriesgado, apostando por el tono caramelo. Lució un vestido con mangas de gasa y flores bordadas, que acompañó con un elegante recogido con volumen. Volvió a llevar los pendientes que le regalaron los eméritos por su boda. En la edición siguiente, apostó por otro de los diseños mejor valorados: un atuendo de dos piezas de seda, de color negro y con falda de gasa blanca. Lo combinó con unos salones nude de Magrit y con su melena ondulada al viento.


El diseño que lució en 2013 también dejó un muy buen sabor de boca. Por primera vez en estos premios, la asturiana se decantó por el color verde, luciendo un vestido de seda con cristales, cintura marcada y falda al viento. En esta ocasión optó por recoger su melena, al igual que en 2014, cuando sorprendió otro aplaudido vestido de Varela, con encaje de color azul zafiro y cristal bordado. Lo acompañó con unos salones de Magrit y las joyas que Bulgari le regaló en 2005 por el nacimiento de Leonor.


Al año siguiente, cuando los galardones comenzaron a denominarse Premios Princesa de Asturias, Letizia apostó por un modelo negro de volantes en tonos grises, que combinó con zapatos de Magrit, un bolso del propio Varela y un llamativo collar que perteneció a la reina María de las Mercedes.

En 2016, optó de nuevo por recogerse el pelo y por un vestido ajustado a su figura en tonos cóctel, con bordados en negro y láminas de cristal de Swaroski. Este estilismo, fue acompañado por unas sandalias Magrit, recordó y mucho al que Nicole Kidman lució en 2013 de Oscar de la Renta.


Ya en 2017, la asturiana sorprendió con un look totalmente diferente: vestido blanco, con motivos florales de color negro y falda ancha, que acompañó con una cartera de mano y salones de Magrit. En la última edición, la de 2018, Letizia llegó al Teatro Campoamor de Oviedo enfundada en un vestido midi bordado a mano en hilo. Lo completó con peep-toes en negro y pendientes de chatones de diamantes, una de las joyas de la reina Victoria Eugenia. En esta ocasión, lució su pelo suelto con el tan de moda efecto mojado.


En la edición de 2019, Letizia se decantó por un estilismo más 'lady', con un vestido rojo de su diseñador de cabecera, Felipe Varela. Con esa estética más hollywoodiense, la mujer de Felipe VI combinó el color de su vestido con las sombras de ojos y lució unos preciosos pendientes con brillantes y rubíes. Para el pelo, se decantó por un recogido bajo con algunos mechones sueltos que le daban un toque más desenfadado.

El año 2020 fue inédito incluso en este sentido. Después de 16 años vistiendo Felipe Varela para este encuentro, doña Letizia lucía un diseño de Delpozo. Se trata de una pieza de silueta lápiz, escote barco, corte a la cintura y manga francesa adornado con una flor arquitectónica totalmente fiel al llamativo juego de volúmenes tan característico de su artífice.

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