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La exclusiva obliga a Anabel Pantoja a celebrar su boda pese al consejo de sus allegados

Las últimas 48 horas en la vida de Anabel Pantoja han sido de auténtico infarto. Solo dos días antes de la celebración de su enlace con Omar Sánchez y con casi todos los invitados en La Graciosa, la muerte de su abuela, aparte del comprensible duelo, le cayó como un jarro de agua fría. Pocos sabían la verdad del estado terminal de doña Ana. Solo que la matriarca del clan había sido dada de alta y se recuperaba en Cantora. Así que la noticia de su fallecimiento, de la que se enteraron por la prensa, la recibieron en plena resaca de la fiesta preboda. Ni ella ni sus primos, Kiko y Chabelita, daban crédito, pero ella tenía en su mano la decisión más difícil de tomar: suspender o no su boda, por tercera vez…

Su decisión fue cancelarlo todo. No estaba para celebrar nada. Al final ella ya está casada. Solo era una fiesta (y una exclusiva muy bien pagada y firmada). Lo hizo el pasado 17 de septiembre en el Ayuntamiento de Pozo Izquierdo (Gran Canaria). No se trataba de cancelar una boda, puesto que lo de este viernes no deja de ser una juerga con sus amigos. De hecho, "su gente más cercana y la que le quiere de verdad le aconsejó que lo cancelara. Su propio representante le dijo que había que cancelarlo, que no era momento para fiestas y que no se iba a entender que se fuera de celebración dos días después de morir su abuela", indican a Informalia personas próximas a Anabel. Pero se encontró con que tenía un contrato firmado y eso es lo que manda.

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Nadie la obligó a cambiar de opinión, pero recibió muchas presiones para que se replanteara su idea inicial. Como adelantamos hace algo más de una semana en este portal, había firmado un contrato con la revista Hola, muy bien remunerado, y su decisión suponía incumplir ese acuerdo legal, con todos los gastos que esto implica: personal desplazado, equipo, seguridad y demás preparativos cuyo coste es alto, lo suficiente como para que la publicación no estuviera dispuesta a asumir las pérdidas. Incluso se habla de una cláusula de penalización en caso de cancelación. Todo se terciaba muy gris para Anabel. La revista es consciente de que ahora la expectación por esa boda se ha incrementado tras el fallecimiento de doña Ana y debían aprovechar el tirón.

Así que Anabel, después de serenarse, hablar con su madre, con Omar y con sus primos, decidió seguir adelante con la fiesta. Se ha dicho que llamó a su tía Isabel y que esta le dijo "adelante", pero nuestra fuente desconoce si esto ocurrió realmente. Por supuesto, en la celebración habrá un homenaje a su abuela pero el ánimo no será el que debería ser. Tanto es así que parece que Kiko Rivera finalmente no asiste. Tampoco su mujer Irene ni sus niñas. Está demasiado tocado para fiestas.

Sin embargo, Anabel tiene que seguir adelante. De no hacerlo, no solo perdería los más de 60.000 euros de la exclusiva, sino que probablemente tendría que pagar una penalización a Hola por cancelarla. Además, tendría muy complicado mover la fecha. La Graciosa es una isla pequeña y ya en esta ocasión se las vio y deseó para encontrar alojamiento para sus invitados y una casa que le gustara para hacer la fiesta. La quería con vistas al mar. Veremos cómo acaba todo.

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