El reencuentro de Isabel Pantoja y Kiko Rivera tuvo lugar en la madrugada de este jueves en Cantora. Es verdad que se consolaron el uno al otro, sí, pero también que en esas dos horas que pasaron juntos sentaron las bases para acabar de una vez por todas con las batallas familiares.
De hecho, nos llega la información de que volverán a verse en octubre para concretar qué hacer con la finca. Parece ser que los dos están completamente de acuerdo en venderla. Como ya contamos con anterioridad, existe una importante oferta de un grupo dedicado a la energía eólica que resultaría muy favorable para ambos.
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El fallecimiento de doña Ana favorece la disposición familiar a deshacerse de la propiedad, incluyendo, incluso, el cortijo en el que la matriarca vivió felices momentos con su hija y su nieto hasta que el Alzhéimer le borró de la memoria los recuerdos.
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La reconciliación entre Kiko y su madre no favorece en nada al hermanísimo Agustín, a quien su sobrino quiere fuera de la finca lo antes posible. Con él no cabe lugar al reencuentro si no es en la sala del juzgado. El DJ tiene muy claro que su tío no se merece que le dé una segunda oportunidad.