El actor norteamericano ha aterrizado este miércoles en San Sebastián para recoger el Premio Donosti a toda una carrera. Y lo hará con el público dividido entre los que piensan que Johnny Depp es uno de los mejores actores del siglo y los indignados porque Zinemaldia homenajee a un hombre que ha sido acusado de maltratar a su pareja.
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La polémica alcanzó cotas tales que incluso el director del Festival, José Luis Rebordinos, tuvo que emitir un comunicado para dar explicaciones: "Tras el anuncio de la concesión del Premio Donostia al actor y productor Johnny Depp, se ha acusado al Festival de San Sebastián de falta de ética ante la violencia contra las mujeres. En primer lugar, como director y máximo responsable del mismo, quiero recordar nuestro compromiso contra la desigualdad, el abuso de poder y la violencia machista (...) De acuerdo con los datos probados de los que disponemos, Johnny Depp no ha sido detenido, acusado o condenado por ninguna forma de agresión o violencia contra ninguna mujer. Insistimos: no ha sido acusado por ninguna instancia ni jurisdicción, ni condenado por violencia contra las mujeres".

Lejos de vetar el tema, el ex de Wynona Ryder o Amber Heard ha hecho frente a esta polémica en la rueda de prensa previa a la gala: "Me preocupaba si mi presencia iba a ofender a la gente. Lo único que hago es hacer películas", ha dicho. Vestido con su peculiar estilo, informal y desarrapado, ha asegurado que vivimos una época peligrosa: "Esta inmediatez a la hora de juzgar es como aire contaminado que se exhala".
Depp ha reflexionado acerca de los acontecimientos de los movimientos sociales y feministas de los últimos años: "Cuando te enfrentas a algo tan alucinante y sobrecogedor es algo que golpea desde muchos ángulos. Desde hace bastantes años, los distintos movimientos que han surgido, muchos de ellos con las mejores intenciones, está tan descontrolados que nadie está a salvo. Ninguno de vosotros. Nadie que esté dispuesto a decir una frase. Con una frase es suficiente. Y luego ya no tienes campo para resolverlo, te han dado en la diana. No solo me ha sucedido a mí, sino a muchas mujeres, hombres y niños que han sufrido cosas desagradables y empiezan a creer que forma parte de la normalidad". Y ha zanjado: "Si estás armado con la verdad, es lo único que necesitas. Cuando hay una injusticia, bien contra ti o contra alguien a quien quieres, toma partido y no te quedes sentado sin hacer nada".
Un repaso a su carrera
Sin querer entrar en más polémicas, el actor, de 58 años, ha hecho un repaso a su prolífica carrera. Debutó con 21 años como víctima de Freddy Krueger en Pesadilla en Elm Street (1984) y se convirtió en el 'muso' de Tim Burton (Eduardo Manostijeras, Ed Wood, Sleepy Hollow). Su interpretación de Jack Sparrow en Piratas del Caribe le valió una nominación a los Oscar, que se rindieron a un personaje cómico por primera vez en su historia. "Elijo los personajes en los que yo creo que puedo aportarle algo único. Bien porque me fascinan o entran directamente en tu corazón. Pero todos están entrelazados, hay un filamento que les une que es parte de mí. Pero a veces veo mi trabajo y pienso: me tenían que haber echado hace muchos años, me considero muy afortunado". Y ha añadido: "Me gusta ocultarme detrás de la máscara, del personaje, de la carga de gravedad, de mí mismo. Y ayuda llevar trajes, maquillaje. Me siento mejor que siendo yo mismo".
Sin pelos en la lengua, ha lanzado una dura crítica contra Hollywood: "Hollywood no es ciertamente lo que era. Hollywood ha subestimado al público de manera grotesca. El sistema de los estudios, las peleas, el caos, el pandemónium, los estrenos, el streaming. Hagan lo que hagan la gente va a consumir lo que quiere. Las grandes empresas tienen el control: pueden disponer de mí o dejarme de lado".