El amor del exobispo exorcista Xavier Novell, uno de los prelados con mayor futuro de nuestro país, y la psicóloga y escritora de novelas erótico-satánicas Silvia Caballol Clemente ha enganchado a todos. Tanto es así que sus libros, casi premonitorios, han experimentado una gran subida de importancia y precio.
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La atención mediática por una de las grandes historias del año ha avivado el interés por las dos novelas publicadas por Caballol, separada y madre de dos hijos. Los libros estaban descatalogados, pero ahora se venden por cerca de 200 euros en portales como La Casa del Libro. Eso sí, también los hay por 20 euros en Ebay y Amazon.
En su primera novela, publicada en 2016 y llamada Trilogía amnesia, cuenta dos historias. La de un psiquiatra que se enamora de su paciente adolescente y la de un capo de trata de blancas que seduce a una de sus mujeres vírgenes en venta.
Un año después publicó El infierno en la lujuria de Gabriel: el primer pecado capital contra el ser. En el libro, la novelista se adentra en el mundo de las sectas, el sadismo, la psicopatía y la lucha entre Dios y el demonio a través de los protagonistas, Helena, una psicóloga penitenciaria, y Gabriel, un psicópata y enfermo mental.
Mientras ellos se refugian del chaparrón mediático en la casa que ella posee en Manresa, a 70 kilómetros de Solsona, algunos usuarios han recuperado fragmentos de sus libros muy subidos de tono. El periodista Arcadi Espada también ha hablado de estas referencias al sexo y al demonio en su columna de El Mundo, bajo el título Se desmiente la hipótesis del demonio. Las siguientes frases han sido sacadas de la obra Trilogía Amnesia.
"Empiezo a empalarla como si no hubiera un mañana, y aunque intento controlarme, mis caderas no cesan en sus brutales acometidas"
"Como poseído por el demonio de la lujuria, empiezo a chupar y besar su cuello, sus labios, sus pechos y sus hombros"
"No recuerdo haberme sentido tan enardecido y desbocado en mi vida, no pudiendo dejar de gemir como un poseso aunque lo intente"
"Es el mismísimo demonio con un cuerpo que parece hecho para sucumbir al pecado"
"¡Me estaba chupando ahí abajo donde hacemos pis! Oh Dios, Oh Dios… Algo estaba ocurriéndome porque no podía quedarme quieta"
"Su vaivén torturador no se hace esperar. Mientras me cabalga puedo ver todos sus músculos tensarse y aflojarse con cada embestida"
"Nuestros cuerpos incandescentes y excitados, y nuestros sexos inflamados y palpitantes. Estoy al límite y muy enardecida y ello hace que mis ojos no dejen de llorar a causa de la impotencia de haberme entregado a un hombre al que no amo"
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