Salvada por la campana. Carmen Borrego se olvida de los desmesurados ataques y los constantes ninguneos recibidos de los tertulianos de Sálvame y regresa como colaboradora al programa. El dinero borra la memoria cuando la necesidad económica es grande.
Y en casa de la hija pequeña de María Teresa Campos no entran suficientes ingresos en los últimos tiempos como para llevar la cómoda vida que su marido y ella echan tanto de menos. Quizá Carmen no se imagina la que le espera en el plató, porque es una persona que cuenta con malos enemigos que le están esperando de uñas.
Pero ella traga lo que haga falta porque entra en el programa televisivo que mejor paga. Un respiro para la Borrego, que tendrá que sacar su faceta de loba si no quiere caer en el ostracismo. Veremos si está preparada para hacer frente a sus críticos.
En el olvido, ¿seguro?, se pierden las chanzas y las ironías que algunos de sus nuevos compañeros le lanzaban a Carmen gratuitamente. Y una pregunta: ¿seguirá siendo Potota Free, el apodo sarcástico con que le ha bautizado Kiko Hernandez, o recuperará sus señas de identidad y se dirigirá a ella por su nombre? Menos tragaderas y mayor dignidad. A ver cómo reacciona cuando se toquen temas que se refieran a su familia Y con Bigote en el nuevo Gran Hermano Vip, llamado de otra manera.