La pandemia y la falta de trabajo afectaron de tal forma a Victoria Abril que acabó en una grave depresión. Se encerró en su casa de Málaga, centrándose en una actividad que le ha salvado de males mayores: cocinar. La terapia culinaria llegó a oídos de la productora de MasterChef Celebrity y la actriz, tras pensárselo mucho, aceptó la propuesta de participar en la próxima edición del concurso.
Esa decisión, afirma, "me ha salvado la vida", una confesión que hizo en el Festival de Vitoria en un alarde de sinceridad.
Victoria, de 63 años, siempre se ha caracterizado por su fuerte carácter, pero hay momentos en la vida en los que la fatalidad prevalece sobre la fortaleza, y los que están al tanto de la situación, como es el caso de su amigo Antonio, otro malagueño de pro, desvelan que "la hemos visto muy hundida, muy mal, y participar en el programa le ha venido muy bien".
Afincada desde hace muchos años en París, en tierras malagueñas encuentra su refugio y su remanso de paz. Esperemos que su renacer en modo culinario signifique también que pronto la veremos protagonizando una nueva película.