El mediático noviazgo entre el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, y la marquesa viuda de Griñón, Esther Doña, ya empieza a ser motivo de ironía, incluso de cachondeo, en el lugar de trabajo del magistrado.
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"Quién le ha visto y quién le ve", manifiesta con humor J.L., un veterano compañero, "un hombre con un puesto tan serio sorprende verlo en imágenes besuqueándose con su novia en las redes sociales. Hay quien piensa que esa señora quisiera presumir de conquista. No reconozco a Santiago, entiendo que ha perdido la cabeza por esa mujer y se ha convertido en personaje del corazón, un ambiente que nunca le gustó".
La cuestión es que a Pedraz le empiezan a denominar en la Audiencia con un mote divertido, esperemos que no le disguste lo más mínimo. Le llaman "el marquesito", un bautizo jocoso y pleno de ironía ante el cambio personal que experimenta en su vida.
También nos desvelan que el juez en cuestión podría haberle pedido a Esther que no se prodigue tanto subiendo imágenes de ambos en Internet, porque no le benefician en nada. Ya veremos si le hace caso o la exposición fotográfica no cesa.
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