El mundo de la música llora la pérdida de Charlie Watts, el batería de The Rolling Stones que falleció este martes 24 de agosto a los 80 años. El británico ha estado unido en matrimonio a Shirley Ann Shepherd (82) desde 1964. Ella lo ha acompañado hasta el final de sus días.
En la nota que la banda difundió este martes en sus redes sociales se lee: "Con inmensa tristeza anunciamos la muerte de nuestro querido Charlie Watts. Ha fallecido en paz en un hospital de Londres hoy mismo rodeado de su familia. Watts era un amado marido, padre y abuelo y también, como miembro de los Rolling Stones, uno de los mejores bateristas de su generación. Pedimos que se respete la intimidad de su familia, de los miembros de la banda y de sus amigos más cercanos en este difícil momento".

Charlie Watts se incorporó a The Rolling Stones en enero de 1963, sumándose a Keith Richards, Mick Jagger y Brian Jones, que ya formaban parte de la emblemática banda. Hace dos semanas, comunicaron que el batería no iba a estar en los próximos conciertos del grupo por Estados Unidos tras someterse a una operación de la que no dieron detalles. En 2004 luchó contra un cáncer de garganta y en 2005 se rompió varias costillas y un hueso del brazo tras un accidente en Suiza.

"Si no hubiera sido por el cinturón de seguridad, hoy estaría muerto. No hay duda alguna de ello (...) Ahora estoy bien, gracias a Dios. Pero esta es la cuarta vez en el año que me tienen que internar en un hospital por un accidente", explicó a Sunday Mirror.
Un año después de incorporarse a la banda se casó con el amor de su vida, que hoy, tras 57 años de amor, llora su muerte. Cuatro años después tuvieron a su única hija, Seraphina, que le dio a su nieta, Charlotte. Desde hace un tiempo, los dos vivían alejados de la muchedumbre en una granja de caballos árabes de Dolton, una pequeña localidad que no alcanza los 700 habitantes.

El batería, apasionado del jazz, fue él más tranquilo de los Stones. Mientras que en su juventud todos disfrutaban de las fiestas, las adicciones y el sexo tras los conciertos, él se refugiaba en la soledad de su hotel. No obstante, en 1983 cayó en una adicción al alcohol y las drogas que hizo tambalear su matrimonio. Algo que él mismo reconoció más adelante durante una de las presentaciones de su grupo de jazz: "Me estaba buscando a mí mismo". Se recuperó tres años después, superando también la crisis con su esposa.
La fortuna de la leyenda de la música se estima en 170 millones de dólares, según señalan los medios británicos. En 2016 ocupó el puesto número doce en la lista de los '100 mejores bateristas de todos los tiempos' de la revista Rolling Stone. DEP.