El regreso este sábado de Isabel Pantoja a los escenarios, tras casi año y medio de silencio musical, estuvo rodeado de luces y sombras. Una puesta en escena sin grandes alardes, una voz que todavía no está al cien por cien, un vestido escotado con florituras, y mensaje, mucho mensaje, gracias a una canción, Hoy quiero confesarme, compuesta por José Luis Perales y con estrofas que reflejan el verdadero estado de ánimo de la tonadillera.
Como muestra, la siguiente: "Hoy quiero confesar que estoy algo cansada. De llevar esta estrella que pesa tanto. Que perdí en el camino tantas cosas. Que me hicieron a veces tanto daño; Que he llorado mil veces". Más claro, el agua. Está claro lo que quiere transmitir la madre de Kiko Rivera.
Lea también: El último descuido de Anabel Pantoja: su vestido le deja un pecho al aire en pleno directo
Cansada de sus problemas familiares, harta de las deudas con Hacienda, bañada en lágrimas en el silencio de su cuarto, añorando a los que se fueron quedando en el camino, en el fondo, una llamada de auxilio a sus hijos y nietos. Porque, según nos cuenta una fuente muy cercana la artista de 65 años recién cumplidos, "a Isabel le gustaría arreglar la situación con sus hijos, porque este enfrentamiento tan duro le está matando en vida".

¿Qué impide entonces el acercamiento o, mejor dicho, quién? Todos los tiros se dirigen a su hermano Agustín, al que sus sobrinos no quieren ver ni en pintura. Él impide el reencuentro. Este primer concierto del año, se produjo en el marco del Festival Tío Pepe de Jerez de la Frontera. Isabel consiguió llenar el recinto, pero no llevar a su público al éxtasis de tiempos pasados. Si el año pasado, en el WizinK Center madrileño falló el equipo de sonido, en esta ocasión fue la voz la que le jugó una mala pasada.
?? MARAVILLOSA ?? #ConciertoIsabelPantoja pic.twitter.com/66dwdsmAzt
— Isabel Pantoja (@_IsabelPantoja_) August 7, 2021
Las incondicionales de siempre, las fans más fieles, aprovecharon la velada para acercar desde la primera fila los regalos para Isabel por su sesenta y cinco cumpleaños, corearon sus canciones, aplaudieron a rabiar, y le lanzaron toda clase de piropos. Aun así, la noche quedó marcada por una presunta estafa, denunciada desde el círculo más cercano de la Pantoja: "Hemos puesto en conocimiento de la Justicia que se están revendiendo entradas del concierto por cuatro y cinco veces su precio en taquilla, la mayoría a personas mayores". Se apunta a que algunas de esas entradas habrían alcanzado un valor de doce mil euros, a través de una web presuntamente fraudulenta.
En un verano prácticamente vacío de actuaciones, la de este sábado es la única contratada. En noviembre viajará a Chile para cantar los días 5 y 6. De momento, ni una más. Y otro asunto: si se confirma que Isabel ha cobrado setenta mil euros por su intervención en el festival Jerez, bien podría saldar la deuda que tiene con la quiosquera Loli Pozo, ya jubilada y que le prestó hace años todos sus ahorros. La pobre mujer sigue esperando que se los devuelvan. Y se trata de setenta y seis mil euros.
