La reciente visita de Ernesto de Hannover a Ibiza no va a ser la única del príncipe alemán a la isla este verano. "Va y viene", cuenta a Informalia un amigo español que frecuenta desde hace años al marido de Carolina de Mónaco. El aristócrata, de 67 años, y la hija de Grace Kelly, de 63, llevan doce años separados pero nunca han llegado a divorciarse y el trato oficial que se dispensa a la hermana mayor de Alberto de Mónaco sigue siendo el de "Su Alteza Real Princesa de Hannover".
El 15 de julio, el príncipe aterrizó en Ibiza procedente de Austria, donde sigue en la clínica Vivamayr un tratamiento para desintoxicarse de su adicción al alcohol, un problema que ha destruido su salud y le provoca una agresividad y episodios violentos que le han llevado ante el juez en varias ocasiones. En mayo fue condenado a diez meses de prisión y a alejarse de la bebida.
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Y parece que lo está cumpliendo al pie de la letra. Sigue su tratamiento en dicha clínica, donde ha conseguido ganar peso, se levanta al amanecer y está tranquilo y de buen humor, como publicó la revista Bunte. Una periodista del semanario germano coincidió con Ernesto y le hizo una entrevista.
Lo cierto es que el viaje de Hannover a Ibiza, con permiso de sus médicos, no fue para correrse una juerga ni tampoco fue una escapada o abandono de su tratamiento.
"Es una persona muy positiva, que lleva dentro mucha alegría y es un gran amigo al que apreciamos todos los que le conocemos", asegura el periodista Jorge Montojo, que frecuenta al príncipe en Ibiza desde hace muchos años. "Además, parte de su familia le aprecia y le ha visitado en Ibiza", añade.
Y así lo confirman las fotos que publica Hola esta semana del príncipe en Formentera, junto a su hijo Christian, su nuera Sassa de Osma y los gemelos Nicolás y Sofía, con los que su abuelo parece encantado.

Christian de Hannover y su esposa peruana viven en Madrid, donde el empresario se ha convertido en un importante magnate inmobiliario. Ernesto asistió en Perú a la boda de su hijo en marzo de 2018. Allí estaba también su ex mujer, Chantal Hochuli, el hijo mayor Ernst August y la pequeña Alessandra, nacida de su matrimonio con Carolina de Mónaco.

Llama la atención que desde hace 12 años, cuando se rompió el matrimonio de Carolina y Ernesto, no se ha visto nunca públicamente al príncipe con su hija menor, ni siquiera en la boda de Perú, donde estaban los dos. Al mismo tiempo, el enfrentamiento entre el príncipe y su hijo mayor Ernest August de Hannover, por el ingente patrimonio familiar, sigue en los tribunales alemanes, sin que parezca que vayan a llegar a un acuerdo.
La boda de su hijo en Perú también afectó a la salud de Ernesto, ya que la noche del banquete nupcial tuvo que ser hospitalizado en una clínica de Lima, como consecuencia de una intoxicación alimentaria probablemente por comer pescado crudo, aunque se especuló de nuevo con el alcohol. Su hijo Christian dejó la fiesta para visitar a su padre y cuando vio que no era grave, regresó con los invitados.
En otra boda, la de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, la ausencia de Ernesto de la catedral de La Almudena, a donde Carolina llegó sola y con cara seria, fue de lo más comentado de aquella histórica jornada. Parece que ahora el príncipe se ha tomado en serio cuidar su salud y de momento, lo está consiguiendo.