Naruhito ha inaugurado este viernes 23 de julio los esperados Juegos Olímpicos de Tokyo de 2020, que se han cebrado un año después debido al Covid-19. En la ceremonia inaugural no ha estado acompañado por la emperatriz Masako, pero sí ha recibido a numerosos jefes de Estado, entre los que no ha estado Felipe VI.
Jill Biden ha acaparado todas las miradas porque ha protagonizado su primer viaje en solitario sin su esposo, el presidente de Estados Unidos Joe Biden. Se ha decantado por un diseño de Brandon Maxwell blanco con lunares negros. Ha mantenido una distendida y cómplice conversación con Emmanuel Macron, el presidente de Francia, que ha acudido sin Brigitte.
Alberto de Mónaco ha acudido vestido a juego con la bandera de su país: con una chaqueta muy llamativa de color rojo y una camisa blanca. No ha estado acompañado por su esposa, Charlene de Mónaco, que sigue en Sudáfrica aflorando los rumores de crisis entre los dos. La princesa consorte, además, se está recuperando de una infección por la que incluso tuvo que pasar por quirófano. A los dos, eso sí, les une su pasión por el deporte y en concreto por estos juegos, ya que ella, como nadadora, y él, en la categoría de bobsleigh, han participado anteriormente.
También han estado presentes Enrique de Luxemburgo; el presidente de Polonia, Andrzej Duda; el Primer Ministro japonés, Yoshihide Suga; la Gobernadora de Tokio, Yuriko Koike; la presidenta de Tokio 2020, Seiko Hashimoto; y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach. Todos fueron recibidos en una audiencia celebrada por el emperador en el Palacio Imperial antes de esta ceremonia tan esperada.
Todas las ausencias han estado justificadas por las restricciones del Covid-19, ya que han reducido el número de asistentes por seguridad. Nuestro jefe de Estado y la consorte asturiana, el rey Felipe VI y la reina Letizia, no han viajado este año a los Juegos, aunque sí despidieron a la delegación española antes de poner rumbo a Japón.
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