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Javier López Madrid: de íntimo de Felipe y Letizia a apestado social señalado por apuñalamiento de la doctora Pinto

A Javier López Madrid no le llega la camisa al cuerpo. Al yerno de Juan Miguel Villar Mir y amigo íntimo de los reyes Felipe y Letizia, le ha llegado su hora judicial en el tema que más podría perjudicarle. Imputado en diversos sumarios de corrupción, donde se le atribuyen delitos de cohecho, falsificación de documento mercantil, reparto de comisiones etc., en casos como el llamado Lezo o la trama Púnica, también fue uno de los acusados por las tarjetas Black de Caja Madrid.

López Madrid lloró amargamente en abril de 2017, la noche que pasó en una comisaría de Madrid después de ser detenido en el aeropuerto de Barajas por el caso Lezo, cuando regresaba de Londres, donde se había exiliado  voluntariamente para alejarse de la avalancha judicial que se le venía encima. Salió en libertad condicional después de pagar una fianza de 100.000 euros.

Pero decimos que el tema judicial que ahora le quita el sueño es su imputación como instigador de la agresión que sufrió la doctora Elisa Pinto por parte del comisario José Manuel Villarejo, uno de los cabecillas de las cloacas policiales.

La Fiscalía desestima los recursos de Villarejo y López Madrid y ha remitido al Juzgado de Instrucción nº 39 de Madrid sus conclusiones en las que considera probado que Villarejo agredió a la dermatóloga por encargo del empresario y que ambos son coautores de delitos de agresión. Como consecuencia, podrían sentarse en el banquillo de los acusados para dar cuenta de tan graves delitos.

Y esa es la preocupación del compañero de yoga de la reina Letizia. En los círculos financieros y empresariales en los que se mueve López Madrid están relativamente acostumbrados a convivir con presuntos delincuentes económicos, abogan por la presunción de inocencia a pesar de que los implicados estén salpicados por supuestas corruptelas de alto nivel, y en muchas ocasiones siguen en sus puestos hasta que la condena es firme, durante los procesos en incluso después de ser juzgados y condenados a veces.

Sin embargo, eso ocurre cuando están en liza delitos de índoles económica, financiera o fiscal. Pero ahora estamos ante una acusación de acoso a una mujer ante su hijo de 10 años, el supuesto encargo de apuñalarla para asustarla y para que desistiera de denunciar a quien la estaba presuntamente la estaba acosando, en su propia consulta médica, por teléfono y hasta en su casa, desembocando en una agresión, ya es violencia de género, algo muy grave judicialmente pero muy mal visto hoy en la sociedad, hasta el punto de denostar al maltratador mucho más allá de las condenas judiciales, condenándolo a un destierro social. Lo cual, sin perjuicio de la presunción de inocencia que asiste a López Madrid, está ocurriendo al empresario ante el peso cada vez mayor de las evidencias que le señalan. López Madrid ha logrado esquivar procesos como el que le relacionaba con la salida a bolsa de Bankia, del que fue absuelto, como ya publicamos. 

Pero Javier López Madrid puede llegar a convertirse en un apestado social, independientemente del resultado de las decisiones judiciales, como se comentaba estos días en las mesas del nuevo restaurante Zalacaín, donde se reúne otra vez la elite financiera de la capital. Cuando se desveló que López Madrid había recibido mensajes de apoyo de la reina Letizia (donde se le llamaba "compi yogui"), con quien había compartdio clases de yoga, se montó un escándalo que afectó a la Casa Real. El investigado había intentado borrar los mensajes de su teléfono móvil, pero la Guardia Civil consiguió recuperarlos por orden de la jueza y el asunto de los mensajes de la reina con su compiyogui apareció en un sumario. Zarzuela tuvo que publicar un comunicado en el que aseguraba que los Reyes habían roto su relación con el empresario una semana después del mensaje. No obstante, según fuentes familiares, si bien de cara a la galería el monarca y su esposa han cortado la relación con el empresario, los contactos privados y la amistad no han cesado. Pero los reyes no fueron a la boda de la hija de López Madrid, celebrada hace ahora casi dos años.

López Madrid tiene 57 años. Es hijo de Germán López y Pérez Castrillón, fundador de la importadora de Volvo en España, y Leonor Madrid. Abogado y licenciado en ciencias económicas y empresariales,  en 1990 se casó con Silvia Villar Mir, única hija de Juan Miguel Villar Mir. López Madrid es consejero delegado del Grupo Villar Mir, miembro del consejo de administración de Fertiberia, consejero de Inmobiliaria Espacio, vicepresidente y consejero delegado de Grupo Ferroatlántica, además de presidente de Tressis, fundador y presidente del holding inversor Siacapital, miembro del World Economic Forum. Ya hace cinco años que Felipe de Borbón, su amigo desde la infancia y compañero de pupitre en el colegio de Los Rosales, le dejó de lado. Fue apartado del patronato de la Fundación Princesa de Asturias del que fue miembro. López Madrid estudió en el Colegio al que fue el rey, el mismo al que iba la princesa Leonor hasta este curso, y en el que sigue la infanta Sofía. Luego prosiguió sus estudios en Nuestra Señora del Pilar, y después hizo sus carreras en Icade. Inició su carrera profesional en Goldman Sachs en Londres y al regresar a España fundó Tressis, la agencia de valores. Tras su paso por diferentes agencias de valores y gestoras de patrimonios y una operadora móvil virtual, entró en OHL, empresa del Grupo Villar Mir

También se habló de la delicada situación del yerno de Villar Mir, en la boda el pasado sábado de la sobrina del empresario, Cristina Villar-Mir en Sotogrande, en la que López Madrid parecía asistir a un funeral, más que a una fiesta familiar.

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Comentarios 1

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Ana María
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Nunca entenderé a esta gente que nace con una flor en el culo, en una posición privilegiada, con la vida resuelta desde que nacen. Y aún así se dedican a acumular más y más riqueza de manera ilícita. Y encima te dicen con todo su morro que si tú no eres rico es porque no te has esforzado lo suficiente. La realidad es que nadie se hace millonario honradamente, detrás siempre hay gente explotada, estafas o chanchullos ilegales.

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