Nunca habla de ella, la ignora completamente, pero es la mujer que más daño le ha hecho a José Luis Moreno a lo largo de su dilatada vida sentimental. Un secreto que conocen sus más íntimos, los que le tratan desde hace más de medio siglo.

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Todos recuerdan a Elia, una bella soprano de la que el ventrílocuo, hoy empresario, se enamoró pasionalmente. Les separaban diez años en edad, él tenía 18, ella diez más. Vivieron una historia llena de altibajos, hasta que Elia decidió abandonar a José Luis en un viaje a Milán. Aquella noche, a sus 19 años, a Moreno se le hundieron las ilusiones, sufrió un dolor tan grande, un trauma tan intenso, que decidió apartarse del mundo de la lírica para siempre. No volvió a cantar, fue una decisión irrevocable. Ni una sola nota salió de su boca.

Elia desapareció de su existencia y el mundo se le cayó encima. Se apartó de todo y de todos, comía mal y poco, perdió 42 kilos y parecía un cadáver.

Aquel amor maldito le marcó de por vida, no en vano fue su primer amor, el que le abrió las puertas del sexo, de la pasión absoluta, pero también le enseñó el significado del desamor y la pena.

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