Florentino Fernández no es amigo de las entrevistas. El cómico se centra en su trabajo y prefiere dejar a un lado la prensa. El propio humorista admite que no se siente cómodo hablando de sí mismo y da otros muchos más titulares durante una entrevista con motivo de su papel de villano en la nueva película de su amigo, Santiago Segura, llamada ¡A todo tren! Destino Asturias.
Preguntado sobre por qué concede tan pocas entrevistas, el actor tira de sinceridad: "Sí, es que me abruma y no siento que tenga demasiadas cosas que decir. Yo voy a los proyectos que me ofrecen para hacerlo lo mejor posible y que no me llamen la atención. Eso lo miro mucho: si puedo estar a la altura y dejar ahí mi sello. A partir de ahí, con lo de hablar y explicarme, me siento fuera de lugar", confiesa a El Mundo.
La inseguridad de Fernández no desaparece ni con tantos años de carrera a la espalda: "Es algo innato en mí, no es una cuestión del trabajo, siempre quiero agradar. Algunas veces pienso que el secreto para estar tantos años trabajando en el espectáculo es que nunca pretendí estarlo", declara.

Florentino confiesa que se siente siempre en la obligación de ser gracioso en público: "Sí. Es lo que la gente espera de ti y no me puedo quejar, porque de eso vivo y es la imagen que he transmitido. Como recomendación a los cómicos, si tienes algún día malo, no salgas a la calle, porque no hace falta que vean esa otra cara más oscura. Mi hijo siempre me dice que le extraña que yo sea cómico con la mala hostia que tengo, y es verdad, pero eso no debe verlo el público", explica.
El humorista asegura que nunca se "ha sentido despreciado" porque "tampoco he esperado nada a cambio de mi trabajo". "Estas cosas del ego dependen mucho de tus etapas vitales. Yo me río un montón de mí mismo", alega antes de admitir que los últimos años han sido duros: "Hace cinco años no tenía canas y, de repente, tengo el pelo superblanco, la papada se me descuelga y no tengo culo. Mi hijo ya me pide la máquina de afeitar, mi madre fallece... Todo son depresiones y yo digo: 'Qué etapa más jodida'. Por eso me flipa Santiago Segura, porque de todo esto te saca una comedia familiar".
En su charla con el medio, Florentino cuenta su filosofía de vida: "Yo voy por donde me lleva la vida. La mayor alegría que he podido tener es ganar mucha más pasta de la que tenía pensado ganar y gastar lo mismo que cuando no tenía tanta pasta. Tengo mi casa y mi coche pagados, ¿qué más quiero? Todo lo demás que rodea a este oficio, las críticas, los premios o la fama, no me interesa. Sé que forma parte del negocio, pero yo no quiero ser parte del negocio. Yo quiero hacer reír a la gente. Que me contratan para hacer reír a mil, guay. ¿Que no me contratan? Pues haré reír al portero de casa. Si fuera conductor de autobuses, que es lo que iba a ser, se reirían mis compañeros conmigo tomando el café".

Y tampoco evita meterse en charcos. Así responde cuando le preguntan por qué hay tan pocas cómicas en las principales salas y en el prime time: "Creo que si no hay más mujeres no es una cuestión de sexos, sino de talento. Da igual el sexo o la raza. Hemos tenido grandes cómicas en la historia de España y si ahora hay menos pues, vale, tampoco hay cómicos niños o ancianos. Lo que pasa es que cada uno reivindica su historia. «Es que tenían que contratar más mujeres». Bueno, pues si tienen talento que las contraten y, si no, pues no. Igual que a los hombres", explica.
También se muestra muy molesto con Masterchef, que retiró uno de sus personajes al acusarle de homófobo: "Yo simplemente parodiaba una relación de amor y cuando parodio me da igual que sean gais, negros o chinos. Me pareció muy absurdo. Entiendo que existen sensibilidades por religión, sexo o raza, pero nada en la vida es tan grave como para no poder hacer un chiste", sentencia.