Rafa Nadal está disfrutando de su verano más relajado tras renunciar a jugar Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Tokio. El tenista de 35 años es consciente de que su cuerpo necesita reposar y, por ello, ha preferido tomarse unos meses para recuperarse de los últimos esfuerzos y afrontar con fuerzas renovadas el final de la temporada.
También le están sirviendo estas semanas para pasar más tiempo con su familia y, especialmente, con su mujer, Xisca Perelló, con quien reside en una increíble mansión de 1.000 metros cuadrados en su Manacor natal, concretamente en Porto Cristo.
Junto a Xisca y algunos amigos salió a navegar la semana pasada a bordo de su espectacular yate, el Great White, un catamarán de alto nivel, valorado en 4,5 millones de euros, que cuenta con 370 metros cuadrados de espacios y tecnología punta.
Además del mar, Rafa también siente una gran pasión por el golf. De hecho, estos días se encuentra disputando el Campeonato de Baleares de golf, donde marcha en la sexta posición, mismo puesto en el que quedó en este mismo evento en octubre de 2020.
Tanto Rafa como Xisca mantienen máxima privacidad y no han compartido imagen alguna de estos días en pareja, como suele ser habitual. La única que ha publicado alguna imagen desde Baleares ha sido la hermana del crack, Maribel Nadal, que ha posado a orillas del mar en Ibiza.
Mientras que disfruta de sus pasiones, Nadal no descuida los entrenamientos. El mejor deportista español de todos los tiempos se reúne casi a diario con su entrenador, Carlos Moyá, para no perder la forma ni el toque, y prepararse para los próximos retos. El ganador de 20 Grand Slams quiere más.
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