Antes de de su triste pérdida, Mila Ximénez pensó en todos los suyos. No solo para despedirse de ellos, sino también para dejar sus asuntos muy bien atados. En lo que respecta a sus negocios empresariales todo lo dejó "finiquitado y saneado". La periodista no era una mujer de grandes caprichos materiales. Tenía claro en qué gastar su dinero para sentirse plena.
Así las cosas, El Español cuenta que en 2020 extinguió su segunda empresa, Alexal y Malube, donde su hija, Alba Santana, era administradora. A través de esta sociedad manejaba Kisé, aquel negocio de productos cosméticos con el que se atrevió en 2016 y que no dio los frutos esperados.

Le periodista sevillana también estuvo a la cabeza de otra empresa, Almisan 2 S.L. La fundó en 2004 y estaba especializada en la consultoría. Doce años más tarde dejó de figurar en el Registro Mercantil.
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En lo que respecta a su patrimonio, hay que recordar que el año pasado, meses antes de que le diagnosticaran el fatídico cáncer de pulmón, se mudó a otra vivienda en Madrid tras dejar la casa del barrio de Salamanca en la que vivió durante más de una década de alquiler. Lo hizo pensando en su hija y sus nietos, para recibirlos con la mayor de las comodidades cada vez que regresaran de Ámsterdam, donde vive la familia.
En su nuevo hogar, situado en Chamartín, también vivía de alquiler, pagando hasta 2.700 euros al mes. La tertuliana tenía claro que no quería un hogar propio: "Ella siempre decía que el dinero lo quería para disfrutar, vivir y viajar a ver a sus nietos", cuenta una fuente cercana a dicho diario. Esta nueva casa, de algo más de 200 metros cuadrados, "ilusionó tremendamente a Mila, estaba feliz, sin saber lo que meses después vendría".

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En su lucha contra el cáncer estuvo arropada en todo momento por sus hermanos y sus mejores amigos, como Jorge Javier Vázquez, Raúl Prieto, María Patiño, Belén Esteban, Kiko Hernández, Terelu Campos y Belén Rodríguez, entre otros muchos. Por supuesto, su hija Alba fue su gran sostén a pesar de la distancia, que no le permitió estar junto a ella todo lo que le hubiera gustado. La joven ha demostrado ser todo un ejemplo de fortaleza y saber estar, mostrándose muy educada con todos los medios de comunicación que se han interesado por la familia tras la pérdida de su madre.
Su hermano Manolo, por su parte, explicó que la contertulia siempre pensó en ellos antes de marcharse: "Mila ha sido fuerte siempre y hasta el último momento ella nos ha hablado, nos ha dicho a cada uno lo que quería decirnos, cómo deberíamos hacer las cosas incluso", explicó ante los medios.
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