El ex tenista, que a sus 83 años tiene una salud muy delicada, no sabe que su ex mujer ha fallecido víctima del cáncer. Su relación con Mila Ximénez era muy complicada y, en los últimos años, también lo era con Alba, la hija que tenían en común, con la que apenas se habla.

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Las últimas apariciones de Manolo Santana han hecho saltar las alarmas, pues era visible su dificultad para moverse e incluso para hablar. Su esposa, Claudia Rodríguez, lo ha desmentido y también la directiva del Mutua Madrid Open, que envió un comunicado de prensa el pasado mes de enero: "Sigue desempeñando activamente su trabajo como presidente honorífico del Mutua Madrid Open, siendo el mejor embajador posible y ayudando a que el torneo siga creciendo año tras año".

Sin embargo, Alessandro Lequio ha asegurado este jueves que Santana no sabe nada del triste final de Mila: "No se lo han comunicado. Tiene que estar muy mal para que no se lo hayan dicho".

La relación entre Manolo y Mila era nula. "Es un hombre malo, espero que se muera antes que yo porque es tan cabrón que todavía me marcho yo antes", dijo hace unos meses. Su hija Alba, que se crio con él por voluntad de su madre, mantuvo una excelente relación con su padre hasta hace unos años. En la actualidad, apenas tienen contacto y su distanciamiento es tal que la última vez que Mila, Alba y los hijos de esta, Alexander y Victoria, alquilaron una casa en Marbella para disfrutar del verano, ni si quiera lo llamaron para visitarlo. Es más, Alba apuntó a sus hijos a una academia de tenis y no fue la de su padre. El entorno señala a la mujer de Santana, Claudia Rodríguez, como la culpable del aislamiento del ex campeón.

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