Nacieron el mismo año, estudiaron en el mismo instituto y han llegado a lo más alto. La reina Letizia y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vinieron al mundo en 1972; el político el inusual 29 de febrero, la esposa de Felipe VI, el 15 de septiembre. Ambos fueron alumnos del Ramiro de Maeztu, pero mantienen la incógnita de si llegaron a conocerse por aquel entonces o no. Sabemos que tenían turnos distintos; él, por la mañana, ella, por la noche, aunque podrían haber coincidido en alguna ocasión. Oscurantismo absoluto.
Lo que extraña es que Sánchez haya aparecido recibiendo la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus y de Letizia, con la misma edad, no se sepa nada. ¿Por qué tanto secretismo con la reina si hasta se hizo público que su marido fue vacunado?
Hoy he recibido la primera dosis de la vacuna en el Hospital Puerta de Hierro. Gracias a todas/os los profesionales sanitarios que nos cuidáis a diario.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 18, 2021
Las vacunas salvan vidas y nos están marcando el camino hacia la recuperación. Son nuestro horizonte de esperanza. #YoMeVacuno pic.twitter.com/M16P7vMHFF
Nadie entiende este silencio tan raro. Es verdad que Letizia cuida mucho su privacidad y las de sus dos hijas, que incluso ha corrido un tupido velo sobre su pasado, del que nos hemos ido enterando siempre por fuentes extraoficiales, pero como personaje público de tal envergadura, los españoles tenemos derecho a saber datos tan significativos como el que nos ocupa. ¿Está vacunada o no? Que nos lo digan.