Sucedió el pasado mes de diciembre aunque ha sido este jueves cuando se ha emitido el momento el que Kim Kardashian, destrozada, confiesa a su familia que ha puesto fin a su matrimonio con Kanye West. Habían organizado una escapada familiar a Lago Tahoe para grabar los nuevos capítulos del reality familiar y allí, la empresaria se rompió: "Me siento como una fracasada. Es mi tercer matrimonio. Me siento como una maldita perdedora".

Kim Kardashian desveló a sus hermanas que su marido no había viajado con ella por una tremenda pelea entre ellos. "Mi matrimonio está completamente estancado, me siento atrapada", confesó entre lágrimas. Al parecer, el cantante quería mudarse con toda su familia a Wyoming para establecerse en un rancho, pero ella se había negado en redondo: "Él debería tener una mujer que apoyara todos sus movimientos y viajara con él, pero yo no puedo", admitió. "Siempre pensé que podría quedarme con mis niños y que mi marido se fuera moviendo de un estado a otro, pero luego me di cuenta de que no, que no había llegado tan lejos para no ser feliz".

Kim, además, añadió que no estaba dispuesta a alargar más el sufrimiento de ambos: "No viviré con eso, peleándonos todo el tiempo como si fuera una constante". La millonaria afirmó que ambos habían luchado por su matrimonio durante el último año, pero ya no podían más: "Quiero ser feliz", explicó Kim.

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Un mes después, la pareja anunció su divorcio de manera oficial. Aun no han firmado los papeles, pues además de la custodia de sus hijos, North (7), Saint (5), Chicago (3) y Psalm (2), tienen que acordar el reparto de su fortuna, que supera los dos mil millones de euros e incluye cuatro mansiones.

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