El actor ha protagonizado un percance durante la grabación de Killers of the Flower Moon, el primer western de Martin Scorsese. A sus 77 años, Robert de Niro dio un mal paso con terribles consecuencias: "Me rompí el cuádriceps. Pisé algo, me resbalé y me caí", ha explicado él. "El dolor era insoportable y ahora tengo que curarme. Estas cosas pasan especialmente cuando envejeces, y hay que estar preparado para estos imprevistos".
El intérprete ha regresado a Nueva York desde Oklahoma, donde se lleva a cabo el rodaje, para recuperarse. Afortunadamente, su accidente no interrumpirá el trabajo de Scorsese, ya que no estaba programado que De Niro rodase hasta dentro de tres semanas. Su personaje, además, no es demasiado activo: "Soy el ganadero William Hale, alguien sedentario, no me muevo mucho gracias a Dios, así que nos apañaremos", dijo De Niro en New York Post.
Hace solo unos días se publicaba que el oscarizado actor no atraviesa una buena situación financiera. La pandemia de coronavirus ha afectado a su economía, aunque ya arrastraba problemas monetarios derivados del divorcio de su exmujer, Grace Hightower. Una situación que denunció la abogada de De Niro en la última audiencia judicial: "El señor De Niro tiene 77 años, y aunque ama su oficio, no debería verse obligado a trabajar a este ritmo prodigioso porque tiene que hacerlo. ¿Cuándo terminará eso? ¿Cuándo tendrá la oportunidad de quizás no coger todos los proyectos que se le presenten? ¿O no trabajar seis días a la semana durante 12 horas al día simplemente para seguir el ritmo de la sed de la señorita Hightower por Stella McCartney?", preguntó la letrada durante su intervención. "De Niro podría enfermar mañana y la fiesta habrá terminado".
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De Niro y Hightower, una azafata de la compañía de aviones TWA, se casaron en 1997. Su matrimonio sufrió muchos altibajos y numerosas crisis, y solo dos años después, él le pidió el divorcio. Ella le acusó de haberle sido infiel, además de consumir alcohol y drogas. Se reconciliaron y renovaron sus votos en el año 2004. En 2018, pusieron fin a su relación. Ella solicitó la mitad de la fortuna del actor, unos 500 millones de dólares, mucho más de lo estipulado en su contrato prenupcial.
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