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El pequeño Nicolás, en el juicio por hacerse pasar por emisario de la Casa Real: "Yo quería tirarme el pisto"

Francisco Nicolás Gómez Iglesias (27), conocido como el pequeño Nicolás, se ha sentado este martes en el banquillo de los acusados por hacerse pasar presuntamente por un enlace entre Gobierno y Casa Real durante el viaje que hizo a Ribadeo (Lugo) en agosto de 2014. El joven se enfrenta a la petición de la Fiscalía de siete años de cárcel.

El que fuera concursante de GH VIP se ha defendido ante el juez y ha restado importancia a lo sucedido: "Yo quería tirarme el pisto con el empresario y hacer un viaje", ha asegurado, alegando que "con esa inmadurez quería asemejarme a los mayores y creerme poderoso".

Gómez Iglesias ha admitido que él "estaba al corriente de la política" y que era consciente de que no existía dicho cargo entre Casa Real y el Gobierno. Eso sí, ha remarcado que "no quería dar impresión de una autoridad, sino de persona importante".

Además, el pequeño Nicolás ha justificado que por aquel entonces su estado psíquico no era el mejor: "En esa época no tenía el tratamiento psiquiátrico que tengo desde hace años", ha explicado.

En el juicio, que durará de martes a jueves y se celebra en la Sección 17 de la Audiencia Provincial de Madrid, se tratará de probar si el pequeño Nicolás cometió los presuntos delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho pasivo. Al acusado le defiende Manuel Marchena Perea, hijo del magistrado del Tribunal Supremo, quien lucha por demostrar que no cometió delito alguno.

La Fiscalía pide para el exconcursante de GH VIP siete años de prisión y una multa de 81.000 euros, mientras que la acusación popular que ejercen la Asociación de Policía Municipal Unificada de Madrid (APMU) y Podemos solicita para él 11 años de prisión. La Abogacía del Estado, 21 meses de cárcel y una multa, y el Ayuntamiento de Madrid reclama tres años y medio de prisión.

Los hechos que se juzgan se remontan a principios del mes de agosto de 2014, cuando el joven organizó una reunión con el empresario asturiano, Jorge Cosmen, haciéndole creer que ejercía de enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. El 13 de agosto, ambos almorzaron juntos en un restaurante de Ribadeo al que, según el acusado, "asistiría una persona muy importante de la Casa Real", algo que nunca ocurrió.

Para poder llevar a cabo su plan, Gómez Iglesias contactó previamente con dos policías municipales, Jorge G. H. y Carlos P. L. D., para quienes el Ministerio Público pide ahora cinco años y medio de prisión. A ellos les pidió que le proporcionaran los medios policiales necesarios para hacerse pasar por un cargo público, a cambio de una gratificación por sus servicios.

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